Declaramos que la libertad de expresión, el flujo amplio y tolerante de ideas y el uso libre de los medios y expresiones de la comunicación social y la cultura de todos los ciudadanos es un derecho inalienable que pertenece a todos por igual.

jueves, 27 de septiembre de 2012

CUBA Y EL SÚPER WI-FI


Fernando Ravsberg


La guerra contra el desarrollo tecnológico está perdida de antemano, lo aprendieron los obreros ingleses cuando intentaron frenar la era industrial destruyendo maquinarias con la ilusión de detener la reducción del número de puestos de trabajo.
En el ciberespacio las cosas se aceleran aún más y quien no anda rápido es devorado por algún agujero negro o conquistado por sus enemigos. En esta época tratar de mantenerse aislado dentro de una burbuja es tan utópico como lo fue destruir máquinas.
Las autoridades de la isla han tenido todo el tiempo del mundo para darle un lugar en el ciberespacio a la sociedad cubana. También tuvieron los recursos humanos, materiales y el apoyo internacional pero inexplicadamente el país sigue sin despegar.
Desde hace más de un año debería estar funcionando un cable submarino que aumentaría 3.000 veces la conectividad cubana, sin embargo eso no ha ocurrido y los dirigentes del Ministerio de las Comunicaciones se niegan a dar una explicación.
Circulan muchos rumores, desde Miami me aseguran que el cable está operativo y que solo lo usa el Ministerio del Interior y en Cuba me dicen que está a punto de iniciarse el juicio contra los máximos responsables de esta estafa millonaria.
Pero no es solo por las pérdidas económicas que se debe medir la repercusión del timo sino también por sus consecuencias sociales y políticas. La escasa de conectividad deja a la mayoría de los cubanos al margen del mundo y cede el poder de la información a los extremos.
Por una parte existe un grupo de páginas oficialistas que repiten todo lo que les llega desde “arriba”. Y lo hacen incluso cuando, sin la más mínima prueba, se les pide que acusen de ser espías de la CIA a importantes intelectuales cubanos.
Así cuidan su conexión porque el ancho de banda para el acceso a Internet de los periodistas cubanos es regulado directamente por “Los Protectores de la Fe” y solo los colegas que ellos consideran “ideológicamente puros” son premiados con ADSL.
Los demás navegarán a 56 kbps, una velocidad sin stress donde uno entra a Google, busca “noticias”, pone a abrir 10 páginas, va a prepararse un café y regresa 15 minutos después sin que aún se hayan desplegado todas. Las fotos tardan aún más y los videos son un imposible.
En el otro extremo están los ciberdisidentes con conexiones de alta velocidad gracias a la generosa, aunque no desinteresada, asistencia de algunas embajadas, en primer lugar la de EE.UU. que reparte horas de internet como si fuera un cibercafé.
Obama cree en la red y apuesta a que el acceso de los cubanos al espacio virtual es la vía para acabar con la Revolución. Sus subalternos crean redes clandestinas y videojuegos para lograr lo que no pudo la invasión militar de Miami ni los 50 años de Embargo.
En tanto, la tecnología sigue su curso, un súper Wi-Fi ya se está probando en varias regiones de EE.UU. para eliminar los “espacios en blanco” de Internet, despliega redes con una cobertura de más de cien kilómetros y velocidades de 22 Mbps.
Apenas se hizo público las maquinarias de propaganda se pusieron en marcha. Mientras los anticastristas piden que se utilice para romper el aislamiento del pueblo cubano, los comunistas la califican de arma para la guerra de la información contra Cuba.
Seguramente habrá en la isla quien proponga buscar medios técnicos para impedir el acceso a la “súper Wi-Fi imperial” pero confío en que personas más sensatas comprendan que esos recursos deberían emplearse en crear conexiones propias a la red.
La batalla contra la tecnología no tiene futuro porque a la larga el desarrollo seguirá derribando muros. El gobierno de Cuba no puede impedirlo, en sus manos solo está decidir si la conexión de los cubanos con el mundo se hace a través suyo o de sus enemigos.

Nuevamente el show del embargo



Por: Oscar Espinosa Chepe.

Las autoridades cubanas, como acostumbran desde hace años, lanzaron una campaña contra el embargo de Estados Unidos, aprovechando el comienzo de las sesiones de alto nivel de la Asamblea de Naciones Unidas. El desgastado guión empezó con una conferencia de prensa de Bruno Rodríguez Parrilla, ministro de Relaciones Exteriores, en La Habana, el 20 de septiembre. Lo único que puede señalarse como nuevo es que ahora se evalúan los perjuicios acumulados a la economía en un billón sesenta y seis mil millones de dólares, una cifra que no se sabe de dónde sale ni cómo se calculó.
Por supuesto, el Ministro omitió que Estados Unidos es uno de los principales socios comerciales de bienes de Cuba, y que de acuerdo con los anuarios estadísticos nacionales en el período 2001-2010 suministró más de 4,1 miles de millones de dólares en alimentos, lo que lo convirtió en el principal proveedor de ese rubro en el período. También olvidó mencionar que gracias a las medidas de flexibilización del presidente Obama, llegan anualmente alrededor de 400 mil integrantes de la comunidad cubana en ese país, que dejan amplias ayudas a sus familias y amigos, así como que sus remesas constituyen el 85,0 % en uno de los principales renglones de ingresos divisas a Cuba. A esto se añade la flexibilización en el envío directo de paquetes y dinero con ayuda familiar. Todo ello prueba la falacia de que durante la Administración Obama se ha acrecentado el embargo.
Si el Gobierno cubano no compra medicamentos es por su insolvencia financiera perenne. Por otra parte, los demás países del mundo están dispuestos a vender a Cuba todos los productos que requiera —incluso artículos de procedencia norteamericana—, por supuesto siempre que pague, lo que constituye el verdadero problema de la Mayor de las Antillas, convertida en un Estado parásito.
En cuanto a los daños ocasionados por el embargo, lo correcto sería que se evaluaran los irreparables desastres causados por un régimen que durante 53 años ha destruido hasta las bases de la nación. Habría que preguntarse cuánto ha costado al país la destrucción de la industria azucarera, columna vertebral de su economía; o de la ganadería vacuna, otra de las riquezas nacionales devastada al punto que no es capaz de garantizar un litro de leche a los niños después de cumplidos los 7 años, o un pedazo de carne que muchos cubanos apenas conocen. Debería considerarse la destrucción de la producción cafetalera, cacaotera; y el hecho de que un país eminentemente agrícola hoy importe el 80,0 % de los alimentos, incluidos algunos tan elementales como la yuca (mandioca) para abastecer al turismo, como ha señalado recientemente la prensa oficial.
¿Acaso el embargo norteamericano tendrá culpa de la mala calidad de las construcciones, que inmediatamente después de terminadas se filtran y tienen muchos problemas? ¿Serán culpables las administraciones estadounidenses de que los cubanos no tengamos acceso a Internet y por esa vía al conocimiento humano? ¿Estados Unidos es culpable de la continua descapitalización de Cuba, y de que se invierta la mitad de lo destinado por los países latinoamericanos, hundiéndose progresivamente en el atraso? ¿Puede culparse a factores externos que en las principales ciudades del interior la población tenga que moverse en carretones y coches tirados por caballos, y que los campesinos solo tengan acceso a la vieja azada y la yunta de bueyes? ¿Factores externos han provocado la destrucción de gran parte de la infraestructura vial y el fondo habitacional, o es culpable de la insignificante construcción de viviendas que provoca el hacinamiento de generaciones de cubanos; que el 50-60,0 % del agua bombeada se pierda por el mal estado de las conductoras y el deficiente estado de las redes hidráulicas en las viviendas, mientras que el sistema electro-energético nacional da señales de colapso, con obsoletas plantas termoeléctricas de procedencia soviética y checoslovacas, la mayoría con más 40 años de explotación sin el mantenimiento adecuado, y algunas utilizando petróleo con alto contenido de azufre?
¿Será por una conjura del imperialismo que el sistema de salud se está cayendo a pedazos y, como denunciaron recientemente médicos cubanos, el Hospital Calixto García se encuentra en situación calamitosa y solo 10 de sus 30 salas de operaciones pueden malamente funcionar, al mismo tiempo que otro “logro” de la revolución, la educación, se caracteriza por la caída en barrena de la calidad de las clases impartidas? ¿Acaso es por un siniestro programa de la CIA que Cuba tendrá una estructura poblacional insostenible, con más del 34,0 % de la población con más de 60 años en 2035, según estudios de la Oficina Nacional de Estadísticas? Se podría mencionar muchas calamidades más debidoa a decisiones absolutamente irracionales tomadas en el curso de los últimos 53 años, que han costado a la nación miles y miles de millones de dólares, como las deformadoras escuelas en el campo, el Cordón de La Habana, la Ofensiva Revolucionaria de 1968, la Zafra de los 10 Millones, los trabajadores sociales, los maestros emergentes e integrales, y muchísimos desvaríos más, que parecen proyectos destinados a acabar con el país.
¿Es una conjura internacional la fragmentación de la sociedad cubana, con la separación de las familias y el desgarramiento personal al tener que abandonar la patria? ¿A quién culpar por la creciente marginalización de la sociedad, el crecimiento galopante de la corrupción a todos los niveles, el quinto lugar mundial por la población penal por habitantes, la instauración de nuevos códigos morales y éticos que todo lo justifican en aras de sobrevivir en esta jungla en que se ha convertido Cuba? Todo eso ha repercutido en la mayor pérdida de valores de todos los tiempos.
Está claro que cuando el presidente Raúl Castro reconoció que el país encuentra ante el precipicio, conocía muchos de esos problemas, pero sus compromisos con el pasado parecen no permitirle la toma de medidas efectivas para rectificar, al menos en algo, todo el daño provocado a la nación, que no guardan ninguna relación con factores externos. Se espera que la resolución relativa al embargo se vote en la Asamblea General de la ONU el 13 de noviembre, con seguridad nuevamente se condenará. Nunca hemos apoyado el embargo, que ha sido utilizado por el Gobierno cubano para justificar todos sus fracasos e imponer la represión. No obstante, solo condenar el embargo es una decisión que no toma en cuenta el aspecto más importante de la realidad cubana, que es el bloqueo impuesto por las autoridades al pueblo para el despliegue de sus potencialidades y el disfrute de sus derechos. Por ello consideramos que sería justo que la resolución a aprobarse, al mismo tiempo que condene el embargo norteamericano, demande al Gobierno cubano dar los siguientes pasos:
  1. Promover la libertad de los cubanos, el respeto a los derechos humanos y realizar verdaderas reformas económicas, que les permitan desplegar sus capacidades creativas;
  2. La ratificación por la Asamblea Nacional del Poder Popular del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, y el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, suscritos por el gobierno el 10 de diciembre de 2008.
Los países democráticos harían una gran contribución al pueblo cubano, si una resolución balanceada fuera aprobada en el actual período de la Asamblea General de las Naciones Unidas.

viernes, 21 de septiembre de 2012

Deserta en Miami periodista del diario Granma

La periodista cubana Mairelys Cuevas Gómez, jefa de edición del diario oficial Granma, decidió echar a una lado su cargo profesional y buscar mejor suerte en Estados Unidos.


La periodista Mairelys Cuevas se encuentra en Miami.
Por Ivette Leyva Martínez
http://cafefuerte.com/


La periodista cubana Mairelys Cuevas Gómez, jefa de edición del diario oficial Granma, decidió echar a una lado su cargo profesional y buscar mejor suerte en Estados Unidos.

Cuevas, quien cumplirá 28 años el mes entrante, llegó el pasado domingo a Miami tras cruzar la frontera con México y pedir asilo a las autoridades estadounidenses. Había arribado a tierras mexicanas el pasado 12 de septiembre como invitada a un evento, con la autorización de la dirección deGranma

"Ha sido un escándalo que se haya quedado. Nadie se lo imaginaba", comentó a [I]CaféFuerte[/I] un empleado del Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT) familiarizado con el caso. "Ella tenía un novio en secreto y se encontraron en Miami, donde él vive".

Pero el noviazgo no parece ser la única razón de su partida. Todo indica que Cuevas se decepcionó del periodismo oficial, con opiniones críticas sobre la situación en la isla.

Descontenta y decepcionada

"Esa relación catalizó la decisión de irse", dijo una amiga de la periodista que reside en Miami y pidió anonimato. "La conozco desde niña y sé que está descontenta y decepcionada con el régimen cubano, y contra los maltratos y la pobreza a que es sometida la gente en Cuba".

La periodista fue contactada el jueves por CaféFuerte,  pero declinó hacer declaraciones alegando razones personales.

Cuevas se desempeñaba en el puesto de jefa de edición de  Granma . Su trabajo consistía en supervisar la edición final del diario antes de ser enviado para impresión al combinado  poligráfico, siguiendo las orientaciones de la dirección.

El malestar causado en los círculos oficialistas por su partida se reflejó en las redes sociales. "Yohandry Fontana", perfil usado por un grupo propagandístico que colabora estrechamente con la Seguridad del Estado, hizo un comentario despectivo en el muro de Facebook de la joven.

"Welcome to Miami, el basurero de Estados Unidos; la candonga del mundo… Nos pillamos por el camino.  Me imagino los titulares: Periodista de Granma  arriba a Miami, jiji", escribió "Fontana".

 Jóvenes en fuga 

Cuevas cursó estudios preuniversitarios en la selectiva Escuela Vocacional Lenin de La Habana. Se graduó de Periodismo por la Universidad de La Habana en el 2007 y un año después comenzó a trabajar en[I] Granma,[/I] órgano oficial del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y principal periódico del país.

Su deserción se suma a una ola de fugas de jóvenes integrantes de la prensa oficial durante el último año.

En agosto, Luis López Viera, jefe de la Redacción Deportiva del diario Juventud Rebelde,  pidió asilo político en Londres tras asistir con la delegación cubana a los Juegos Olímpicos.

Por la misma ruta de Cuevas, Daniel Benítez, ex empleado de la Agencia Cubana de Noticias (ACN) en Holguín, llegó a Miami el pasado julio.

En octubre de 2011, los periodistas Daniel Anaya, fotorreportero del Instituto Nacional de Deportes (INDER), y Damián Delgado Averhoff, director de la página deportiva de la legendaria evista  Bohemia , desertaron de la delegación cubana a los Juegos Panamericanos de Guadalajara, México.

MINIFALDAS MENTALES



Haroldo Dilla Alfonso,

Santo Domingo

Mi amigo Jorge Ferrer, quien desde hace años cría uno de los mejores blogs que he leído, ha colocado un post interesantísimo sobre un grupo musical femenino de Corea del Norte. Lo tituló las minifaldas de Pyongyang.
Me divertí mucho leyéndolo y viendo un video que ha insertado y que recomiendo a los lectores. El grupo norcoreano es muy afinado y las muchachas bellísimas. Yo no sé coreano, pero me imagino, por algunos gestos, que la canción está dedicada a algún líder eterno o a los soldados fronterizos, nada de lo cual es motivo de inspiración lírica. El montaje escenográfico y coral es de hace varias décadas, pero nadie debe olvidar que nosotros vivimos en sociedades que son altas productoras de música y espectáculos y en eso —quizás solo en eso— somos muy avanzados.
El mundo asiático es otro, pero también el mundo latinoamericano fuera del Caribe, Brasil y algunas áreas selectas. Yo, por ejemplo, cuando visito Centroamérica —excepto Panamá que es puro Caribe— y me pongo a oír música, me parece que ando viajando con una máquina del tiempo. Siempre me llama la atención cómo los ticos siguen conservando a la Flaca de Andrés Calamaro como un hit parade y cómo los nicas, después de la primera botella de Flor de Caña, entonan La cama de piedra con ojos humedecidos.
Digo esto para prevenir que algún lector enfebrecido eche la culpa del rezago musical al comunismo, y de ahí derivar la necesidad de derribar cuanto antes a los Castro, si queremos mantener a la Isla bailando. Y de paso para decir que esto no es lo más importante que noto en el video.
Lo más interesante, el principal dato que habla del hieratismo político norcoreano y de sus implicaciones para su sociedad es la exactitud de los movimientos. Observen como las lindas chicas mueven cada parte del cuerpo sincrónicamente, giran y aletean al unísono, hasta sonríen todas de una vez. Al fondo, dos violinistas hacen exactamente lo mismo. Es el orden musical perfecto, un orden que no admite caos. Como si fuera un orden castrense musicalizado.
Y aunque eso es muy asiático, propio de culturas con emperadores y letrados venerados por convicción, es también muy propio de la mitología comunista mundana en que todos éramos iguales y deberíamos hacer cada día las mismas cosas. Como se planificó en Cuba por varios lustros, cuando la Unión Soviética era irreversible y había más banderas con hoces y martillos en la bahía de la Habana que en la Plaza Roja un primero de mayo.
Yo creo que el principal fracaso del sistema educativo postrevolucionario cubano —cuyos logros nunca se pueden obviar— no ocurrió cuando la crisis de los 90, sino antes, cuando descartó el caos, la variación y la diversidad como elementos educativos indispensables. Y la disidencia como una virtud. De manera que nuestros niños y adolescentes eran tamizados por un esquema de socialización monótono cuya meta final era ser como el Che. En eso no había opción. Si algún niño quería ser como Stevenson, Juan Formell o simplemente como su padre, se salía del guión. Y era como si una de las chicas norcoreanas moviera súbitamente los brazos hacia la derecha, cuando las demás los alzaban.
Fue, y sigue siendo, un sistema educativo que logró niveles altos de instrucción —lo que miden la UNESCO y los concursos mundiales de matemática— pero niveles bajos de diversidad. Quedaba muy poco espacio para los otros, los que eran diferentes, para una apreciación intercultural del mundo. Y tampoco para ese don que mueve a las sociedades: la creatividad. Fuimos educados en la idea de que lo principal ya estaba hecho —por ejemplo una revolución que se consideraba viva tras medio siglo de feroz conservadurismo—, y que lo que nos correspondía era agregar arandelas al producto, lo que se llamaba perfeccionar.
El síndrome de las chicas norcoreanas nos ha afectado tanto, que aún cuando tomamos el camino de la emigración, continuamos profesando la intolerancia y la agresividad contra los que piensan diferente. Incluso cuando declaramos que estamos por la democracia, el entendimiento y el diálogo. Porque al final, como las chicas con minifaldas de Ferrer, solo dialogamos con los que piensan igual que nosotros, lo cual no es nada creativo, pero embalsama el alma.
Creo que me fui de tema, así que vuelvo a los orígenes: a felicitar a Jorge Ferrer por su agudeza y buen humor, y que podamos seguir oyendo el tono de la voz. Y ¿por qué no? A las lindas chicas norcoreanas con sus minifaldas de lentejuelas.

Carta abierta del Servicio de Cirugía General del Hospital Calixto García


Ser bueno es el único modo de ser dichoso.
Ser culto es el único modo de ser libre.
Pero, en lo común de la naturaleza humana,
se necesita ser próspero para ser bueno.
José Martí

Carta abierta del Servicio de Cirugía General del Hospital Calixto García al Primer Secretario del PCC y Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, General de Ejército Raúl Castro Ruz.                                                                                                           

El hospital Calixto García de la Habana tiene como misión brindar atención médica especializada preventivo-curativa y de rehabilitación de forma ininterrumpida a la población, mediante asistencia médica de calidad y alto nivel profesional [1]. Con sus más de 100 años de historia ha sido una escuela permanente de los cirujanos del país, y un elemento importante en la lucha de nuestro país por su independencia; muchos de nuestros profesores fueron combatientes de la clandestinidad [2] y brillantes médicos en misiones internacionalistas de gran importancia. Los cirujanos de este hospital, respetando el juramento hipocrático [3], se han caracterizado históricamente por ser críticos y autocríticos, pero sobre todo combativos ante las dificultades, las decisiones mal tomadas, y los múltiples errores que afectan a nuestra nación, y que poco a poco ponen en peligro el futuro, considerando la salud como un pilar de las transformaciones surgidas en el periodo revolucionario, y nuestro deber brindar una atención médica profesional y digna, acorde a los adelantos científicos del siglo XXI.

Luego de innumerables informes a la jefatura de servicio, la dirección del hospital, de discusiones en el seno de los núcleos del PCC, y la imposibilidad de participar en análisis a otros niveles con los dirigentes del ministerio desde hace mucho tiempo, donde el personal médico plantee sin restricciones sus opiniones [8] y formas de resolver los grandes problemas que hoy afectan al sector de la salud y que incluye desde la formación hasta la atención médica directa, un grupo de cirujanos consideró su deber elemental [8,910], y acordó enviar esta carta a su persona, con el único fin de informarle elementos sumamente graves en la atención al pueblo cubano, que al parecer por el tiempo que viene sucediendo en la salud pública en general y en nuestro hospital en particular, y la falta de proyecciones inmediatas para resolverles, son desconocidos por la alta dirección política del país, contrastando en proporción inversa con el discurso oficial de nuestros medios de difusión

La atención médica, y sobre todo quirúrgica, en nuestro centro, es un gran desastre, caracterizada por:

- Hospital destruido en su estructura física, por su edad e innumerables reparaciones de pésima calidad y corta duración.

- Falta de importantes recursos en la atención a los pacientes por distribución inadecuada, por gestiones insuficientes o por exceso de trabajo ante la reducción de la actividad en otros centros por causas similares.

- Deterioro humano mental acompañante por la pérdida de la mínima atención al hombre, que bajo largas jornadas de trabajo gratuito en un número importante de horas, y en un país donde las gratuidades se terminaron, tienen un confort para su trabajo que está por debajo de la de cualquier lugar pobre del mundo.

Nuestro centro hospitalario, en el aspecto quirúrgico, se ha ido reduciendo, de unos 30 salones para todas las especialidades, a no más de 10 en la actualidad, los que aún con gran destrucción brindan esta vital atención al pueblo; las irregularidades en estos salones, sus continuas roturas de aires acondicionados, falta de agua, falta de equipamiento adecuado en algunos de ellos, provocan que pacientes con cáncer no puedan ser intervenidos a tiempo en nuestra institución, que otros con patologías benignas susceptibles de ser resueltas de forma mediata a su diagnóstico lleguen complicadas por la falta de rapidez en la solución de sus problemas, y como si esto fuera poco, las patologías urgentes también tienen grandes dificultades. Estas, que constituyen un número importantes de casos, que llegan remitidas de cualquier lugar de la ciudad, muchas veces mal enviadas, poniendo en peligro la vida de los pacientes y causando incluso muertes que teóricamente se podrían haber evitado, y a pesar de que es la única prioridad quirúrgica con que trabaja el hospital una buena parte del tiempo, deben en ocasiones esperar más de 24 horas entre su anuncio y su intervención urgente, debido sobre todo a la falta de disponibilidad de salones, del personal suficiente y adecuado, pero además al cansancio físico y psíquico de los médicos que plantean, replantean y discuten los problemas a todos los niveles posibles y/o hacen buena parte de las veces de camilleros, de auxiliares de limpieza, además de cargar con toda la responsabilidad de un paciente enfermo ante su familia, el propio paciente y la sociedad. Las deficiencias en el sistema de atención médica son tan graves, en nuestra opinión, que nos obliga por estas cuestiones y otras de recursos que se mantienen de forma transitoria o permanente, a no brindar una atención profesionalmente ética y digna a nuestro pueblo, como es nuestro sagrado deber.

Por otra parte, las reparaciones emprendidas en nuestro centro, y que llevan más de 10 años de ejecución, poco han cambiado la inviabilidad de un hospital horizontal en los tiempos actuales; la mayoría de las reparaciones son coloretes a edificios viejos, realizados con una pésima calidad y, por supuesto, una corta duración, lo cual aumenta la frecuencia de la nueva reparación. Salas que han demorado 10 años, hoy se desmoronan 4 meses después de su apertura, ante el primer aguacero; filtraciones, derrumbes en los falsos techos, y un número importante de áreas declaradas inhabitables, constituyen el diario en nuestro trabajo y la estancia de nuestros pacientes. Las suspensiones de operaciones por causa del clima, del agua, insuficientes salones, o de cualquier cosa, dejaron de ser imprevistos, para convertirse en algo cotidiano. Ya las unidades quirúrgicas dejaron de ser las que tienen que estar listas para resolver los problemas de los pacientes, ahora somos los cirujanos los que tenemos que priorizar a uno u otro paciente en una lamentable y desgastante búsqueda de oportunidades quirúrgicas para un cubano que solo conocemos lamentablemente por causa de su enfermedad.

Solo a este panorama deprimente necesitamos sumarles las condiciones de confort que tienen los médicos y el personal en general, donde empezando por un salario que no le alcanza para vivir a él y a su familia, una atención degradante en los servicios de trabajo y guardia, que incluyen la ausencia de un lugar para descansar en las largas jornadas quirúrgicas o de trabajo, los varios kilómetros caminados en el recorrido entre salas, bajo el polvo, el sol y muchas veces la lluvia, la pésima calidad y suficiencia de la alimentación, la falta de un lugar decente donde practicar sus necesidades fisiológicas, y duchas para refrescar en el intenso calor o su limpieza ante una intervención contaminante, casi obligan, cuando se convierten en permanentes, a cambiar mentalidades. La fatiga, bien estudiada duplica las complicaciones [4567]; si además adjuntamos la cifra ridícula de 10 litros de gasolina que le dan mensualmente a los afortunados que tienen autos, y que no alcanza ni para ir al trabajo la primera semana del mes, entre otras muchos maltratos, se completa el cuadro de deterioro que influye de forma determinante en la atención medica que se le brinda al pueblo. Hoy es imposible pedirle a un médico, aún con auto, que acuda al hospital en el horario de la noche a ver su paciente operado, o que venga el domingo, como ha sido habitual en los cirujanos históricamente; más que eso, es imposible pedirle que venga a reintervenir un paciente complicado a las 10 PM y que no hace falta ser muy inteligente para saber lo que pasa con un caso que se ha tenido que reintervenir 5 veces por cirujanos distintos.

Nosotros consideramos que esta situación desastrosa indiscutiblemente genera complicaciones en los pacientes, donde estudios demuestran que después de 6 horas de trabajo de un cirujano las complicaciones se le multiplican [4, 5, 67]; por supuesto, hablamos de trabajo con confort adecuado. También en muchos casos, la muerte, que le brindamos cuando se trata de un paciente terminal que casi no tiene salvación, no es éticamente digna, pues no se puede hacer con él lo que merece o lo que se debe hacer, en el tiempo que se debe hacer: ejemplos múltiples tenemos todos los cirujanos que laboramos en este centro, y gran parte de la población que observa y critica que lo que se dice en el panorama informativo nada tiene que ver con nuestro país y nuestros hospitales.

Pensamos que el gobierno nuestro tiene compromiso en todo esto, pues existen para satisfacer las necesidades del pueblo, para resolver los problemas del pueblo, de los trabajadores, porque simplemente son los responsables de mantener los centros hospitalarios, de que los trabajadores se formen adecuadamente en un sistema educacional justo y de calidad, que les imprima una educación ética y consecuente con la labor que van a realizar, o nadie piensa por qué los médicos, ingenieros, constructores, en las misiones se entregan en su trabajo: lo hacen porque el trabajo genera su mejoría, la de su familia y la de la sociedad donde viven, pero por desgracia, eso solo se alcanza en nuestro país saliendo del mismo, saliendo del país que nos vio nacer [10], el que es nuestro, por derecho, el que nadie, absolutamente nadie, tiene el derecho de arrebatarnos nuestra identidad por ningún concepto, y por el que debemos entregar incluso la vida para que siga siendo nuestra nación independiente.

Las desgracias narradas no vienen solas, llegan despacio cuando se mantiene por años la inversión del nivel de vida de las personas con su capacidad y entrega, ley socialista bien conocida por todos: “a cada cual según su trabajo”. Cuando los gobiernos, con sus leyes, decretos, circulares especiales, y sus decisiones y disposiciones, van comprometiendo el futuro, ¿hasta cuándo vamos a agradecerle a la generación del centenario por haber cumplido con su deber y su obligación de liberar a Cuba, mientras nuestra generación espera para cumplir con su deber de desarrollar y darles a nuestra familia, a nuestros hijos, a nuestros hermanos cubanos la vida que se merecen, mientras las destructoras huellas de la corrupción transitan con libertinaje singular para cada lado de la sociedad al que se pueda dirigir la mirada? Como decía José Martí: “en lo común de la naturaleza humana, se necesita ser próspero para ser bueno”. El gobierno es responsable de todo esto, y no solo de saberlo, sino también de resolverlo. Por eso, y antes de que continúe siendo tarde y sucedan acontecimientos como los del hospital de Mazorra, decidimos en este colectivo de médicos, sacrificados, trabajadores, dedicados, éticos, y sobre todo bien mal tratados, informar a usted y a los responsables de todas estas preocupaciones, graves en nuestra modesta opinión, desde este lugar tan subvalorado en la escala social como lo constituye el heroico e histórico servicio de cirugía general del hospital más antiguo de nuestra querida patria.



[3] Juramento Hipocrático. www.sld.cu

[4] Editorial. Revista Canadian Medical Association Journal http://www.cmaj.ca/

[5] Journal of the American Medical Association

[8] “Ahora hablará el que quiera, bien o mal, pero hablará el que quiera. No es como ocurría aquí, que hablaban ellos solos y hablaban mal, habrá libertad”. Discurso de Fidel Castro. Parque Céspedes, de Santiago de Cuba, el 1 de enero de 1959.

[9] …¿Cómo vamos a decir: “esta es nuestra patria”, si de la patria no tenemos nada? “Mi patria”, pero mi patria no me da nada, mi patria no me sostiene, en mi patria me muero de hambre. ¡Eso no es patria! Será patria para unos cuantos, pero no será patria para el pueblo. Patria no solo quiere decir un lugar donde uno pueda gritar, hablar y caminar sin que lo maten; patria es un lugar donde se puede vivir, patria es un lugar donde se puede trabajar y ganar el sustento honradamente y, además, ganar lo que es justo que se gane por su trabajo. Patria es el lugar donde no se explota al ciudadano, porque si explotan al ciudadano, si le quitan lo que le pertenece, si le roban lo que tiene, no es patria. Discurso pronunciado por el Comandante Fidel Castro Ruz, en la Plaza de la Ciudad de Camagüey, el 4 de enero de 1959.

Colaboración del Prof. Manuel Castro desde Panamá.

martes, 18 de septiembre de 2012

¿Por qué 28 cubanos están en huelga de hambre?


Kcho y el cretinismo parlamentario


Haroldo Dilla Alfonso, 

Santo Domingo  03/09/2012


Cuando leí a Kcho desvariando en público sobre impuestos y tributos, tuve que detenerme a pensar sobre la función de los parlamentos.
El nuestro, obviamente, no es un parlamento. Ni siquiera está pensado para serlo, pues no legisla. El país en realidad se gobierna por decretos y solo se convierten en leyes algunas piezas, pero con aprobaciones casi automáticas. En sus comisiones los diputados corrigen detalles nimios y luego votan como han hecho casi siempre, por unanimidad.
Aunque la ley les da derecho a elegir lo que en realidad debe elegir el pueblo soberano —al presidente y al consejo de Estado— tampoco elige nada, sino que sanciona la candidatura que le presentan. Nada más.
Tampoco los diputados son tales. No digo que sean malas personas. He conocido a muchos que son dechados de virtudes humanas, y superan en probidad a muchos parlamentarios latinoamericanos que actúan como comisionistas parlanchines. Pero no son diputados porque no son resultados del voto popular libre, ni pueden representar otros intereses que los de la élite política, al menos que quieran dejar de ser diputados.
Y es por todo eso que Kcho está en el parlamento, como antes estuvieron los recientemente fallecidos Héctor Rodríguez y Teófilo Stevenson. O el menos conocido Fefito, un abnegado delegado municipal de Chambas que un día, antes de aprobar una rifa en la empresa que administraba, me preguntó angustiado si la suerte era una categoría filosófica marxista o burguesa. Ningún diputado tiene que hacer algo relevante, ni siquiera tienen que hablar como hizo Kcho. Fefito, por ejemplo, nunca habló.
Pero Kcho habló, y lo hizo con toda la incoherencia de una persona que no solo tiene un rating mínimo de oratoria, sino que también carece de parámetros mentales básicos para el análisis. Su lenguaje es otro —la pintura, buena o mala— y por eso debe estar pintando en lugar de jugar a legislar.
La virtud de Kcho fue recordarnos con su despropósito que la Asamblea Nacional existía y que de vez en cuando podía pasar algo que rompiera el tedio de los discursos monocordes a cargo de diputados alelados. Pues realmente eso a veces pasa, y quiero ponerles un ejemplo que contradice la idea de que en la ANPP no se debate, y que todas las votaciones son unánimes.
Durante un tiempo estuve vinculado como investigador del CEA a una comisión del Consejo de Estado para la reforma municipal (le decían perfeccionamiento), como resultado de un libro que escribí con otros dos investigadores sobre los municipios cubanos. Eran los tempranos 90, en que la crisis arreciaba, Fidel se ausentaba del escenario público y nadie sabía qué hacer. Y en tal contexto, el libro era leído y comentado como una buena cosa hasta que en 1996 todos cambiaron de opinión. Pero en el interín fui invitado varias veces a presenciar los debates de la Asamblea Nacional, incluyendo el debate para la reforma constitucional.
Una mañana, casi al comenzar la sesión, el diputado Jesús Montané pidió la palabra para proponer que se suprimiera del preámbulo constitucional una alegoría a “los indios que prefirieron el exterminio a la sumisión”. Basó su propuesta en que había indios en América Latina que no habían sido exterminados pero que no por ello deberían ser considerados sumisos; lo que otra diputada apoyó argumentando que los indios también se habían muerto de enfermedades, según ella había leído en un libro de Fernando Portuondo.
Al parecer aquello estaba totalmente fuera del guión, pues de inmediato provocó una repulsa total de otro grupo de diputados pro-indios y que abogaba por dejar la dedicatoria como estaba. Decían que los indios habían combatido hasta el final y que Guamá y Hatuey habían sido los dos primeros guerrilleros y antecedentes de la gesta del mismísimo Comandante. Aunque no estoy seguro, creo que el líder de esta banda era Faustino Pérez.
Tras varias horas de discusión, tomó la palabra Fidel Castro, quien comenzó a explicar Historia de América desde Anacaona hasta Tupac Amaru. Fueron momentos difíciles para los contendientes, toda vez que la suerte de sus argumentos dependía de la decisión final del comandante, y nunca era saludable quedar en la oposición siquiera en materia de indios exterminados cinco siglos atrás. Pero el Comandante, haciendo gala de su tremenda habilidad jesuita para manejar escenarios, no se pronunció, sino que terminó su perorata invitando a todos a una merienda.
Yo no merendaba con los diputados, pero si pude tomarme un excelente café expreso y disfrutar de algunas conversaciones con otros invitados que me tomaron más tiempo del debido. Y cuando regresé al salón ya habían tomado la decisión y discutían otra cosa.
Nunca supe como lo hicieron, pero cuando vi la nueva constitución, noté que decía algo así como “los indios, que muchas veces, prefirieron el exterminio a la sumisión”. Era lo que se llamaba una solución insulsa a un tema intrascendente. Pues en realidad lo que se discutía no importaba a nadie: ni a los diputados, ni al país que se debatía en una crisis espantosa, e imagino que tampoco al Comandante estupefacto ante el estropicio que el mismo había creado.
Diría incluso que ni a los indios, reducidos desde hacía medio milenio a toponimia y a algunos corpúsculos de ADN que según dicen los antropólogos nos hacen algo diferente a la mezcla binaria de españoles y africanos. Y por eso, pienso yo, nos gusta la yuca y dormir en hamacas sobre todo a orillas del mar. Y si con buenas compañías, mucho mejor. Como haría cualquier indio, que no estuviera expuesto al dilema de tener que optar por el exterminio, por la sumisión, o por un discurso de Kcho.