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miércoles, 17 de octubre de 2012

A un año de al muerte de LAURA POLLAN







Hace un año ya 
del fallecimiento 
de Laura Inés Pollán, 
mujer cubana de temple, fundadora de Las Damas 
de Blanco y luchadora pacífica incansable por la liberación 
de los presos políticos cubanos y por el respeto a los derechos humanos en Cuba, consuetudinariamente violados por el gobierno cubano.

Sólo pudo parar su lucha 
la muerte, en medio de controversias y todavía confuso el suceso para muchos.

Sus hermanas de patria, 
sus Damas de Blanco,
 todas las cubanas con principios, dignidad y amor 
a Cuba, la recordamos 
en estos días y la recordaremos siempre.









http://www.diariodecuba.com/multimedia/video/damas-de-blanco-rinden-homenaje-laura-pollan-en-el-cobre








CUBA: APERTURA COSMETICA


Por: Carlos Moris
CIRCUITO ORBITA
Venezuela, octubre 2012. 
carlosmoris@cantv.net



Esperanzas frustradas.
Desde que Raúl Castro sustituyera  provisionalmente a su hermano Fidel Castro el 31 de julio 2006, como Presidente del Consejo de Estado, mucho se ha especulado sobre los posibles cambios  para permitir al pueblo cubano recuperar algunas de sus libertades que le han sido brutalmente arrebatadas, por un régimen violador sistemático de los Derechos Humanos. Posteriormente, el 24 de febrero 2008, la Asamblea Nacional  del Poder Popular le ratificó en el cargo.
Raúl Castro alimentó esas esperanzas cuando  en abril del 2011, durante la realización del VI Congreso del Partido Comunista de Cuba, PCC, fue nombrado Primer Secretario de ese poderoso instrumento político. En esos momentos, en un inusual largo discurso anunció los “cambios necesarios para actualizar el modelo”, reconociendo su fracaso y haciendo fuertes denuncias sobre los graves problemas que golpeaban a los ciudadanos. 
Aunque sus promesas se limitaban al plano económico, muchos analistas pensaron que finalmente podrían producirse también cambios políticos, sobre todo teniendo en cuenta que los principales dirigentes del Consejo de Estado son octogenarios, siendo inevitable su desaparición física. 

Cambiar rápidamente para que todo quede igual.
Transcurridos seis años del mandato de Raúl Castro  son pocos los cambios que se han implementado, sin que por supuesto modifiquen el modelo, y mucho  menos, abran verdaderos espacios de libertad para los ciudadanos.
En ese tiempo se ha permitido la venta de inmuebles y de vehículos, se ha auspiciado sin mucho éxito la constitución de pequeñas empresas, especialmente de servicios, algunas de ellas beneficiarias de créditos blandos, pero muy condicionadas por regulaciones estatales que dificultan su funcionamiento. También se permite con regulaciones, la explotación de tierras para la agricultura y se ha dado una mayor flexibilidad a la comercialización de sus productos en mercados campesinos libres.
Sin embargo de hecho, prevalece la economía clandestina, en el marco de un picarescamente denominado “sociolismo”, que permite un  “rebusque” de sobrevivencia a los ciudadanos
Ninguna de estas medidas a quebrado la dependencia de factores externos. Por una parte, el envío de remesas a una gran cantidad de ciudadanos por  la mayoría de los 1.5  millones de cubanos residentes en el exterior (80 por ciento en USA), complementada por masivas visitas a la Isla, donde además de cubrir sus gastos con dólares, llevan importantes ayudas en ropas, alimentos, artículos de aseo personal y efectos eléctricos a familiares y amigos. Ahora el régimen está imponiendo altos gravámenes para el ingreso de esos artículos.
Por otra parte, y desde la llegada al poder de Hugo Chávez Frías en Venezuela, su gobierno le aporta una sustantiva ayuda con el envío de 100 mil barriles de petróleo diarios en condiciones muy favorables. Gran parte del “pago” es efectuado por el gobierno cubano mediante el envío a Venezuela de miles de médicos, técnicos, entrenadores deportivos y agentes de seguridad, pero cada día aumenta la deuda con el país bolivariano por ese concepto. Se dice que una parte del petróleo enviado por el Presidente Chávez, es revendido por Cuba a precios del mercado internacional para obtener divisas. Además del petróleo, el Gobierno venezolano entrega  cientos de millones de dólares anualmente, por otros conceptos que no son claramente conocidos por los ciudadanos venezolanos.  De todas formas  la economía cubana, padece de una profunda crisis que afecta  duramente las condiciones de vida y trabajo de los ciudadanos.

Un cambio de alcabala.
El gobierno cubano, en “uso de su soberanía”, anunció la eliminación a partir del 14 de enero del próximo año,  del costoso y engorroso permiso de salida del país. La denominada “tarjeta blanca”. Desde ese momento el ciudadano sólo necesitará su pasaporte. Según el anuncio, se modificarán las leyes migratorias “para adecuarlas a las circunstancias presentes y futuras”.
Pero el anuncio trae su coletilla. “El gobierno  cubano mantendrá las necesarias medidas para preservar el capital humano creado por la revolución, frente al robo de talentos que aplican los poderosos”. El régimen califica de “robo de talentos” la  fuga por múltiples y a veces riesgosos medios, que utilizan sus ciudadanos buscando la libertad. En consecuencia y para evitarlas, profesionales, técnicos, deportistas de alto rendimiento y militares, entre otros, necesitarán el permiso de sus directivos.  Obviamente no le serán otorgados esos permisos y por lo tanto, no podrán obtener el pasaporte.  Se ha cambiado de alcabala.

Las alcabalas menos conocidas.
Lo que no ha cambiado son las restricciones  a los cubanos residentes en el exterior para regresar libremente a su país. Solamente han extendido el tiempo de “permiso de permanencia en el exterior” a 24 meses. Ahora es de 11  meses. Después de transcurrido ese tiempo, todos los que quieran regresar necesitan obtener un permiso para visitar por 30 días el lugar donde han nacido. El régimen cubano a quienes han adquirido otra nacionalidad no la reconoce,  exigiéndoles obtener un costoso pasaporte cubano, y realizar los mismos engorrosos y costosos trámites para obtener el permiso de ingreso. Otorgado el permiso en ningún caso, a  quienes radican en el exterior se les permite residir de nuevo en el  país. 
Es común que ciudadanos cubanos después de sufrir ese largo calvario, al llegar a la isla son regresados en el mismo vuelo. Por supuesto, hay “listas negras” de ciudadanos a los cuales no se les permite el ingreso. En general se habla mucho de las dificultades para las salidas, pero muy poco de las alcabalas para entrar.
En concreto, este nuevo anuncio del régimen sobre supuestas libertades para la movilización de sus ciudadanos,  deja oculto su  férreo control sobre ellos.

Los “guiños “al imperialismo.
Posiblemente ese “cambio” del sistema de salida del país, apunte a un esfuerzo engañoso por mejorar la imagen del gobierno en el exterior, especialmente en USA y particularmente en la comunidad cubana residente en ese país. 
Aunque el denominado “bloqueo” impuesto por el gobierno de los Estados Unidos a Cuba, no es realmente el principal motivo del fracaso económico del régimen y le ha servido para mantener  frente a sus ciudadanos y el mundo, una campaña justificativa de sus errores, Raúl Castro ha tratado de abrir espacios para “establecer relaciones normales”.  En la práctica esas relaciones, especialmente en el plano económico se han venido acrecentando. Además de la venta de alimentos por parte de empresarios norteamericanos, desde hace unos meses y por vez primera en casi cincuenta años,  mensualmente un barco procedente de la Florida, llega a Cuba llevando una gran cantidad de productos enviados por residentes en el exterior, consecuencia de las facilidades que ahora otorgan las autoridades norteamericanas. 
El gobierno de Obama, también ha facilitado los viajes a la isla, por parte de sus ciudadanos y residentes, pero tiene sus límites para dar otros pasos. La poderosa comunidad cubana, radicada mayoritariamente en la Florida, ejerce un fuerte lobby políticamente con el apoyo del Partido Republicano. Es el motivo fundamental para que no se haya derogado el poco eficaz bloqueo, pese a las demandas casi unánimes de la comunidad internacional, expresadas reiteradamente en las Naciones Unidas.
Por ello, continúa vigente la prohibición  a sus ciudadanos de realizar inversiones en Cuba.  Por su parte el gobierno cubano rechaza las inversiones que podrían realizar los cubanos residentes en el exterior. Con su normal política de apartheid, considera bienvenidas las inversiones extranjeras, pero  no la de sus ciudadanos.
Probablemente esa ambigua situación se mantenga mientras no se produzca un cambio de conductores en el gobierno cubano y en consecuencia un cambio del sistema. Nada indica que será a corto plazo. Mientras, los octogenarios dirigentes no ceden ningún espacio de poder, produciendo cambios cosméticos tratando de comprar el tiempo necesario, que les permita morir en sus funciones. No importa que después llegue el diluvio.                                       

viernes, 12 de octubre de 2012

¿MÁS DE LO MISMO?

Por: Oscar Espinosa Chepe.


El Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros aprobó un grupo de medidas para, según se planea, otorgar autonomía en su gestión a las Unidades Básicas de Producción Cooperativa (UBPC), y que puedan superar la ineficiencia e irrentabilidad que las ha caracterizado desde su creación.

Entre las medidas se encuentra un nuevo Reglamento General emitido el 13 de agosto mediante la Resolución No. 574/2012 del Ministerio de la Agricultura (MINAG), que las define como una “organización económica y social cooperativa, integrada por miembros asociados voluntariamente, con autonomía en su gestión y administración de los recursos, que recibe en usufructo las tierras y otros bienes que se determinen, por tiempo indefinido, así como otros que adquieren mediante compra; posee personalidad jurídica propia; forma parte de un sistema de producción al cual se vincula, constituyendo uno de los eslabones primarios que conforman la base productiva de la economía nacional”.Las UBPC fueron creadas el 20 de septiembre de 1993 mediante la conversión de las granjas del pueblo en supuestas cooperativas. Los trabajadores de las ineficientes granjas se acostaron siendo trabajadores asalariados y despertaron como cooperativistas, sin haber sido consultados. Según cifras oficiales, un año después existían 2.519 UBPC y actualmente son 1.989, la gran mayoría perteneciente al sistema del MINAG y el resto al Grupo Azucarero AZCUBA. De acuerdo con esa información, cuentan con un área de más de 1.700.070 hectáreas, el 28 % de la superficie agrícola del país, estando ociosa el 23 % de sus tierras.Actualmente solo aportan el 12 % de las viandas, hortalizas y granos, y el 17 %de la leche de la producción nacional. Al término de 2010, el 15 % de las UBPC cerraron con pérdidas y un 6 % ni siquiera presentó balance económico, según datos brindados por Julio Martínez Roque, director nacional de Atención a las Unidades Productoras en el MINAG, publicados en el periódico Granma el 11 de septiembre pasado. Hay que apuntar que la irrentabilidad ha sido mucho más alta en años anteriores. Lamentablemente no se dio información actualizada al respecto. También señaló que al cierre de 2010 las UBPC pertenecientes al sistema del MINAG acumularon deudas estimadas en 1.229 millones de pesos; pérdidas de años anteriores por unos 680 millones más y otros 203 millones heredadas de unidades disueltas; en total una deuda de 2.112 millones de pesos.Se plantea además que se ha realizado una categorización preliminar para ubicar las UBPC existentes en tres grupos esenciales: 1) Con una situación productiva y económica favorable; están en estas condiciones 540, el 27,1 %, de ellas 112 pertenecientes a AZCUBA. 2) Con dificultades de índole organizativo, productiva, económica y financiera, pero que pueden subsanar sus problemas mediante una serie de medidas; son 1 122 unidades, el 57 %. 3) En crítica situación, sin posibilidades de recuperarse; se trata de 327 unidades, todas del MINAG.Con las medidas que ahora se anuncian, es muy difícil que las UBPC puedan salir a flote, pues cuando se lee el nuevo Reglamento resalta que las reformas son absolutamente superficiales, y la supuesta autonomía continúa siendo una ficción. Las UBPC continuarán con la camisa de fuerza de los planes y tendrán que desarrollar su gestión en la línea fundamental de producción y de objeto social, trazada desde entidades del MINAG, asimismo deberán cumplir con la demanda estatal, lo que significa que los contratos que firme correspondan a la “demanda estatal planificada”, lo cual hace que los contratos a suscribir con las entidades acopiadoras, basados en precios fijados centralmente, sean documento sin carácter comercial real.Por otra parte, las facultades recién otorgadas de poder vender algunas producciones, después de cumplido el compromiso con la demanda estatal planificada, dejan muy poco margen para comercializar a precios no regulados por el Estado. Sobre todo si se tiene en cuenta que productos como la caña de azúcar, la leche, la carne de vacuno y otros tienen que ser entregados en su totalidad al Estado. También se plantea que las UBPC podrán adquirir insumos y otros productos en otras empresas, con mayor libertad de elección. Sin embargo, debe subrayarse que estas supuestas cooperativas no están autorizadas a poseer moneda convertible; incluso las ventas que realicen al sector turístico solo pueden realizarse en moneda nacional. En esas condiciones, la libertad para escoger suministradores es una ficción.

Además, no puede olvidarse que muchos recursos esenciales, como combustible, se distribuyen fundamentalmente a través de la planificación.La situación de las UBPC es mucho más complicada que en el momento de su creación en 1993. Entonces todavía existían equipamientos y recursos recibidos de la Unión Soviética y otros países del Este de Europa. Actualmente solo poseen arados y carretas tirados por animales; azadones y machetes mayoritariamente de baja calidad. Incluso donde subsisten equipos, están muy deteriorados por el paso del tiempo. Con ello atender eficientemente unidades de 890 hectáreas (66 caballerías), resulta muy difícil.La autonomía que se plantea será otorgada a las UBPC continúa siendo una ficción. Esas falsas cooperativas se mantendrán ineficientes e irrentables en un gran porcentaje. El nuevo Reglamento, como las otras reformas implantadas en los últimos años por el Gobierno cubano resultan absolutamente insuficientes y no permitirá el incremento productivo agropecuario que con urgencia necesita Cuba.

jueves, 11 de octubre de 2012

Duras vivencias que no deben soslayarse

Por: Miriam Leiva.

El último domingo de marzo de 2003, seis mujeres vestidas de blanco participamos por primera vez en la misa de la Iglesia Santa Rita de Casia, virgen de las causas imposibles o muy difíciles. Por entonces, a cada una nos seguían hombres jóvenes vestidos de civil. Eran agentes de la Seguridad del Estado, que también rodeaban nuestras viviendas y procuraban impedirnos relacionarnos con la atemorizada población y con los pocos extranjeros que se encontraban en Cuba deseosos de expresarnos su solidaridad.

Nos escabullimos de muy diversas formas. Llegamos a la iglesia sin avisar, sin consultar si seríamos bienvenidas, lo dábamos por hecho, pero creamos un verdadero caos en el ambiente apacible y de devoción religiosa al que iban los feligreses, que con muchas dificultades aumentaban. A partir de ese domingo, llegados desde temprano, los represores merodeaban por los dos parques aledaños y se esparcían por el templo, reconocibles no solo por su aspecto, sino sobre todo porque desconocían el rito, aunque con la asiduidad algunos aprendieron a rezar y cantar.

Sabíamos que desde hacía algún tiempo una organización de madres de prisioneros políticos, vestidas de blanco y negro, asistía a esa iglesia, y tratamos de unirnos a ellas. Sin embargo, la presión fue tan grande que ellas decidieron peregrinar por otras, lo cual resultaba comprensible. De esa manera, las esposas, madres, hijas, hermanas y tías de los 75 fuimos arropadas por Santa Rita y en cada ocasión éramos más, según nos conocíamos en las visitas a las prisiones o nos comunicábamos de diversas formas.

En marzo de 2005 sobre 30 mujeres, vestidas de blanco y con gladiolos rosados en mano, se abalanzaron más de 200 “reunidas espontáneamente”, bandera cubana y carteles muy bien elaborados en mano, vociferando gritos insultantes. Nosotras continuamos caminando, entonando cantos religiosos. Los parques estaban llenos de hombres, y también alguna mujer, con botas militares, equipos de comunicación en mano. Era el reinicio de los “mítines de repudio” contra los pacíficos opositores y contra personas que solamente pretendían salir de Cuba, realizados en las décadas de 1980 y 1990.

La Iglesia Católica Cubana fue la única institución nacional que condenó el encarcelamiento de los 75 y pidió su libertad mediante un documento de la Conferencia de Obispos, el 11 de abril de 2003. Su jerarquía, sacerdotes, monjas, diáconos, laicos y creyentes nos ayudaron en todo el país, incluso brindando alojamiento cuando teníamos visitas a los familiares que cumplían sus condenas a cientos de kilómetros de distancia de nuestros hogares. Los sacerdotes solicitaron brindarles asistencia religiosa en las prisiones, algo que solo lograron hacia la etapa final de su encarcelamiento.

Usualmente nos reuníamos en La Habana, lo cual resultaba muy difícil para todas, pero especialmente para las mujeres del interior del país, que eran vigiladas para que no salieran de sus hogares. La policía política les retiraba los carnés de identidad y, si lograban introducirse en algún transporte, los paraban en las carreteras, bajaban a ellas y a sus pequeños hijos o ancianos padres para conducirlos de vuelta en sus autos LADAS usualmente blancos, pues las mujeres se negaban a montar las patrullas policiales. Sin embargo, la mayoría lograba llegar o lo hacía el mes próximo. No puede olvidarse el “mitin de repudio” a Isel Acosta, esposa de Blas Giraldo Reyes; una mujer sola que desde la tarde hasta entrada la madrugada soportó gritos y golpes en la puerta, que estuvo a punto de caer. Allí, en Sancti Spiritus, como los vecinos no se prestaron a esa barbarie, llevaron ómnibus cargados de empleados de empresas del Gobierno y estudiantes extranjeros de la universidad.
En La Habana, también íbamos al Santuario de la Virgen de la Caridad del Cobre, patrona de Cuba, los 8 de septiembre para participar en la procesión usualmente encabezada por el Cardenal Jaime Ortega y a la misa por la “celebración mariana” (de María, madre de Dios) que oficia. Igualmente asistíamos a la misa de la Iglesia de la Merced, patrona de los presos, los 24 de ese mes. Siempre escoltadas por los oficiales que pululaban por las calles aledañas, importunando a miles de creyentes, que poco a poco se acostumbraron y esa presión no ha impedido que aumente de año en año la participación. Por cierto, muchas personas llevan ropa blanca como se viste a las bellas imágenes de la Virgen de la Merced en los altares de su Iglesia, en el humilde barrio de la Habana Vieja; color coincidente con el tradicional de ritos afro-cubanos y de las Damas de Blanco, que lo escogieron por representar la paz, el amor y la reconciliación entre los cubanos. Éramos mujeres a quienes la injusticia y la crueldad contra cubanos pacíficos nos convirtieron en voces. La mayoría no participaba en las actividades de ellos; había muchas amas de casas, humildes trabajadoras, alguna veterinaria, ingeniera, abogada, médica o ex diplomática.

Por aquellos días iniciales, cuando muy pocos familiares y amigos nos apoyaban, y los vecinos solidarios se acercaban cuando estábamos a cuadras de distancia de nuestros hogares, lejos de la vigilancia de los informantes, los Comités de Defensa de la Revolución y otros “factores”, éramos invitadas a recepciones de algunas embajadas acreditadas en La Habana, donde teníamos oportunidad de exponer nuestra situación también a otros cubanos asistentes. En una ocasión saludé a Monseñor José Félix Pérez, quien me presentó al Cardenal Jaime Ortega, lo que aproveché para referirme a nuestra súbita y problemática presencia en la Iglesia Santa Rita de Casia. “Las puertas de las iglesias están abiertas a todos los cubanos. Ustedes son bienvenidas”, respondió. Ellos no preguntaron cuántos prisioneros de conciencia de los 75 y sus familias eran católicos o creyentes.

Pepe Félix, como cariñosamente es llamado el sacerdote de esa iglesia, desde hace muchos años ocupa un destacado cargo en la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba (COCC). Su comprensión, afabilidad y paciencia durante tantos años ha sido un sostén religioso y humano inmenso. El cardenal Jaime Ortega, además de máxima representación católica en Cuba, ha sido Presidente de la COCC en tres períodos consecutivos (1988-1998), y nuevamente de 2001-2004 —cuando los días 18, 19 y 20 de marzo de 2003 ocurrió la asonada represiva—, y desde entonces es su vicepresidente. Por consiguiente, ha encabezado y compartido sus decisiones, al tiempo que ha contado con el apoyo para la realización de las conversaciones con el presidente Raúl Castro, en las que participa Monseñor Dionisio García Ibáñez, arzobispo de Santiago de Cuba y presidente de la Conferencia, las cuales en 2010 disminuyeron el fuerte acoso a las Damas de Blanco y resultaron en la excarcelación de los 75. A pesar de que la mayoría de las damas originales abandonaron Cuba, esa agrupación decidió continuar sus actividades integradas mayoritariamente por las mujeres de apoyo, cuyo concepto desapareció para convertirse todas en Damas de Blanco, y continúan asistiendo a misa en la Iglesia Santa Rita de Casia y otras en diversos templos de Cuba.

La jerarquía católica ha proseguido sus conversaciones con ellas. El 6 de julio, el Cardenal se reunió con cuatro representantes durante tres horas y cuarenta minutos. Entonces Berta Soler, quien dirige las Damas de Blanco, manifestó a la prensa extranjera: “Tuvimos una reunión muy abierta, fue muy receptivo el cardenal. Tenemos confianza, fe en él, puesto que tenemos mucho que agradecerle por la excarcelación de nuestros seres queridos”. A El Nuevo Herald dijo que “fue un diálogo abierto, donde él nos escuchó y nosotras lo escuchamos. Estamos muy contentas”. Según la fuente, subrayó que las mujeres estarán eternamente agradecidas a Ortega por interceder a su favor ante Castro en 2010, cuando turbas organizadas por el Gobierno las acosaban habitualmente con gestos y palabras obscenas. “Sabemos que las puertas de la Iglesia nunca han estado cerradas para las Damas de Blanco. Nosotras vamos a seguir tocando las puertas de la Iglesia Católica”.

El Arzobispado de La Habana, y la Iglesia Católica de Cuba en general han mostrado notable consternación por el trágico deceso de Oswaldo Payá Sardiñas y apoyado a su familia, no solo durante su velatorio en la Iglesia Parroquia de El Salvador y sus honras fúnebres. Durante la misa funeral, el Cardenal Jaime Ortega expresó: “Oswaldo tenía una clara vocación política y esto, como buen cristiano, no lo alejó de la fe ni de su práctica religiosa. Al contrario, siempre buscaba en su fe cristiana inspiración para su opción política. Y esto no lo alejaba de la Iglesia, porque la aspiración a participar en la vida política de la nación es un derecho y un deber del laico cristiano. La Iglesia pide a sus laicos que tengan una consideración especial del llamado del Evangelio a participar en la transformación de la humanidad, actuando en la medida de sus posibilidades, en el quehacer político de su país. La Iglesia, por medio del Magisterio de los Sumos Pontífices, lo ha repetido en muchas ocasiones… Ahora bien, la llamada a una sana acción política y la solicitud de espacios para su realización presentada por la Iglesia a los gobiernos, está hecha a favor de los laicos. La jerarquía, Obispos y clero en general, no deben hacer opción política partidista en ningún caso”.

En los último 53 años la Iglesia Católica ha afrontado muchas dificultades, pero no se ha mantenido ajena a acontecimientos relevantes y delicados sucedidos en Cuba. Como al parecer se desconocen, se sea creyente o no, sería muy oportuno acercarse a sus miembros y leer sus documentos, incluidos los emitidos por el Cardenal Jaime Ortega. Resulta la institución con mayor prestigio y arraigo entre la población. Su ascenso se ha evidenciado durante la conmemoración del 400 aniversario del hallazgo de la imagen de la Virgen de la Caridad, y la estancia del Papa Benedicto XVI. Sus esfuerzos no solo se han ceñido a la evangelización y la ampliación de los espacios religiosos. Está muy viva en los asuntos de la sociedad actual, a pesar de las dificultades para avanzar.

martes, 9 de octubre de 2012

El canciller Bruno y las fuentes de los derechos ciudadanos







Por Haroldo Dilla
Santo Domingo  08/10/2012 
Aunque en general los oficios políticos se han degradado a nivel planetario, uno siempre espera de un canciller algo mejor. Digamos que algo de clase y de escuela, pues el canciller es siempre la cara externa de un Estado, la vitrina, o si se quiere el florero en la ventana. Y por eso, cuando leí la crónica aquiescente publicada sobre una reunión del Canciller Bruno Rodríguez (BR) con un grupo de emigrados elegidos en la sede de la oficina cubana en Naciones Unidas —de los “patriotas y respetuosos”—, sentí de alguna manera lo que se podría llamar vergüenza nacional.
Y es que BR no es solamente el canciller del que esperamos refinamientos, sino también un político joven en el que uno quisiera encontrar algún signo innovador, siquiera un destello que indique que hay luces al fondo del túnel. Pero nada de esto sucedió en la reunión de NY en la que el Canciller Bruno machacó con insistencia los mismos argumentos de siempre, perdiendo no solo la oportunidad de convencer, sino incluso de adoptar una buena pose manoseando las propuestas que le hicieron, según la crónica publicada, los emigrados “patriotas y respetuosos”.
Fue un monólogo de imprecisiones, falsedades y fuegos artificiales con los que el atribulado canciller intentó ocultar los tremendos problemas que está teniendo la élite política cubana para ponerse de acuerdo respecto a la propuesta —y siempre pospuesta— reforma migratoria.
Y que en lo esencial encierra las desavenencias, digamos que tácticas, acerca de cómo aprovechar económicamente a la migración, sea de una manera rentista como ocurre ahora, o de formas más intensivas, como son las inversiones. Pero también el acuerdo, diría que estratégico, acerca de concebir el tema migratorio como un asunto utilitario, no de derechos. Y aunque es presumible que habrá que mover estos últimos —si de alguna modernización quiere hablarse— solo hacerlo como concesiones administrativas puntuales, no como reconocimientos de jure.
Por ejemplo, lo que dice el canciller acerca de las cantidades de capitales que el país requiere y que los emigrados no tienen, es un soliloquio sin sentido al cual no creo que nadie más hizo caso excepto la cronista. Cualquier tecnócrata municipal sabe que Cuba requiere cien millones de dólares, cien mil y cien. En su espectacular hambre financiera, lo requiere todo, sea para invertir en lo grande, en lo pequeño o para sobrevivir. Y al menos que el canciller sea autista, debe conocer que esas inversiones de los cien mil están siendo el “dinero semilla” de muchos pequeños y medianos negocios en la Isla que son hoy la única fuente creciente de empleos.
Pero más allá de todo esto, el problema clave es que el derecho de un cubano a invertir dinero en su país no puede depender de la cantidad de dinero de que disponga. La cantidad de dinero le da la posibilidad real de invertirlo a mayor escala, comprar un yate o viajar en primera, pero no puede darle ventajas legales sobre quienes tienen menos dinero. Eso sería retroceder a los principios del siglo XIX con sus sistemas censatarios. La opulencia económica no puede ser fuente de derecho. Algo que parece que BR no sabe y que los cubanos respetuosos y patriotas pasaron por alto.
Lo mismo sucede con el consabido saco de cubanos buenos y otro de cubanos malos. En el primero, los cubanos respetuosos y nacionalistas a quienes se les permite regresar de vez en cuando con un sello definitivo en el pasaporte que el canciller Bruno considera toda una revolución migratoria. En el segundo saco, los batistianos torturadores (¿quedan algunos vivos?), los terroristas y los partidarios del bloqueo/embargo. Y justamente para prevenir a los segundos (a los que la cronista con pleno apego al discurso del canciller llama “los recalcitrantes”) es que no se permite el libre acceso a ninguno.
Toda una inmensa falsedad. Ante todo debo decir que yo conozco decenas de casos de cubanos que nunca han sido terroristas, ni batistianos, ni torturadores, ni siquiera partidarios de la ley Helms Burton, a quienes no se les permite visitar al país en que nacieron, sea porque no les colocan el sellito de marras o porque los viran en el aeropuerto con sello y todo. Pero aun cuando lo fuesen, y nuevamente vuelvo al asunto de las fuentes de los derechos individuales, no es legítimo expropiar a unas personas sus derechos inalienables para prevenir que otros los usen. Si el Gobierno cubano considera que un nacional es culpable de acto punible, debe proceder a su encausamiento si entra al país, no impedir a dos millones que puedan visitar, o regresar y vivir en el país en que nacieron.
Y cuando proceda, entonces tendremos que discutir si apoyar la Ley Helms Burton es o no un delito, lo cual desde mi punto de vista es un error político, pero no una transgresión legal. Y de paso, y aquí sigo la lógica del canciller Bruno, ver el asunto de las equiparaciones, que contemplen castigos —si de ello se quiere tratar— para los esbirros represivos y abusadores que han pululado en el régimen político cubano. Al final habría que reconocer que machacar discos de Juanes en la calle Ocho es un juego de muchachos díscolos en comparación con el asedio a las casas de los opositores, el uso de la violencia física y verbal contra ellos y sus remisiones a las estaciones de policía por plazos variables, todos ilegales.
En resumen, que el soliloquio del canciller debe obligarnos a pensar con mayor seriedad y compromiso acerca de la llamada reforma migratoria. No se trata de aplaudir con entusiasmo cada pequeña movida que el Gobierno cubano haga en sus acostumbradas miserias políticas. El único camino que puede conducir a una normalización de la relación entre el Gobierno y la emigración es devolviendo los derechos expropiados que apunten a la plena libertad de tránsito para los cubanos. Para entrar, para salir y para moverse dentro del propio territorio nacional. Los cubanos, no importa su ideología o preferencias políticas, tienen derecho a vivir en el país en que nacieron, a opinar y a participar en actividades públicas de acuerdo con las leyes vigentes. E incluso, para cambiarlas por las vías democráticas. La adscripción partidaria no puede ser fuente de derechos ciudadanos.
Creo francamente que limitar nuestras demandas a unos pocos puntos superficiales donde derechos y permisos son equiparados y confundidos, es una simplificación errónea de un asunto mucho más complejo.
Pues Cuba es ya una sociedad transnacional y como tal hay que entenderla. No hay otra manera de lidiar con el complejo futuro de la Isla y su desparrame diaspórico. Si el canciller Bruno y su corte de patriotas respetuosos lo saben o no, no es realmente decisivo. Lo más importante ahora es que lo entendamos nosotros y actuemos en consecuencia.

domingo, 7 de octubre de 2012

VENEZUELA EN LA ENCRUCIJADA

Una mirada desde La Habana a unas elecciones presidenciales clave no solo para la nación sudamericana, sino también para Latinoamércia, el Caribe y en especial Cuba

Por : Oscar Espinosa Chepe.




Las elecciones presidenciales en Venezuela, el 7 de octubre, más que un enfrentamiento entre partidos políticos, podrían marcar un punto de inflexión en la historia de esa nación. En esta oportunidad se oponen dos concepciones totalmente divergentes; una representada por el chavismo, caracterizada por las tradiciones caudillistas latinoamericanas más nefastas, aderezadas con las experiencias totalitarias de Cuba y del desaparecido “bloque socialista”. De triunfar esta corriente política, se reforzaría la Venezuela oscurantista de Juan Vicente Gómez y otros tiranos que ensombrecieron buena parte de la historia de ese país, ahora con ropajes modernizados. Por su parte, una victoria de la Mesa de Unidad Democrática podría encauzar la patria de Simón Bolívar hacia el progreso que hoy se aprecia en muchos países del continente que, a pesar de dificultades y obstáculos dejados por el pasado, construyen sociedades plurales y avanzadas en Brasil, México, Perú, Chile, Colombia, Panamá, Costa Rica y otros.
Son innegables las posibilidades de que las tendencias totalitaria y antidemocrática puedan imponerse en estas elecciones. Lamentablemente, muchas veces la retórica demagógica, pseudo-nacionalista y cargada de mentiras, confunde a los pueblos y castra sus capacidades de análisis. Ejemplos sobran. Sucedió en la culta Alemania bajo el nazismo; en la Italia, cuna de civilizaciones; en la ex Unión Soviética y en Cuba, donde la inmensa mayoría creyó que construiría el paraíso terrenal, pero ha sido conducida al infierno. Las clases populares han sido las más engañadas en estos procesos, pues ahogadas por la miseria y desesperadas por la ausencia de oportunidades han sido terreno fértil para las estafas ideológicas, como prueba la experiencia cubana, donde actualmente los trabajadores son quienes más sufren las consecuencias de 53 años de falsedades.En Venezuela, Hugo Chávez ha tenido la ventaja de disfrutar de una de las coyunturas económicas más propicias de la época actual. Cuando el teniente coronel asumió el poder en 1999, el precio del barril de petróleo no alcanzaba los 11 dólares en el mercado internacional, pero creció hasta llegar a 144 dólares en julio de 2008, y se ha mantenido en el entorno de los 100 dólares en los últimos tiempos. Esto ha permitido desarrollar una política de gasto fácil, con sucesivos aumentos de salarios en especial a los militares y allegados al régimen, sin la correspondiente contrapartida material, con el resultado de altos índices de inflación, desabastecimiento y otros males, que se reflejan en las cifras macroeconómicas del país en los últimos años. A esto se añade la pronunciada burocratización de la sociedad; de 16 ministerios existentes en 1998, actualmente pasan de 30. Se ha realizado una política de nacionalizaciones, por lo que la mayoría de las grandes empresas fueron expropiadas o controladas bajo distintas manipulaciones, incluida la petrolera PEDEVESA y los más importantes medios de difusión, están en manos del Estado, convirtiendo a sus empleados en seres dependientes de los designios del chavismo. Los cubanos tenemos la oportunidad de ver todas las noches el “famoso” canal TELESUR, que no es más que un órgano de propaganda de las ideas del Presidente venezolano, para resaltar su “grandeza” y atacar a los opositores y gobiernos distantes de sus posiciones.Además, los fabulosos ingresos financieros recibidos por Venezuela, han servido para realizar actividades en la salud y la educación mediante la contratación de una masiva asistencia técnica extranjera, fundamentalmente de Cuba. Esto se ha hecho con fines políticos para dar la impresión de un gobierno interesado en elevar la calidad de vida de la población, cuando se pretende utilizar los avances logrados para garantizar su apoyo. Sin considerar las repercusiones futuras en la economía y la insostenibilidad de ese modelo asistencial en caso de desplomarse la cotización del petróleo.Llama la atención que a pesar de la lluvia de divisas caída sobre Venezuela, convirtiendo los años del chavismo en los mejores de su historia por los elevados precios del petróleo, esto no se haya reflejado en el comportamiento de la economía y los resultados estadísticos. De acuerdo con información de CEPAL, en su Balance Preliminar de las Economías de América Latina y el Caribe en 2011, en el período 2002-2011 el PIB como promedio fue inferior al de esa área geográfica, incluso en 4 de los años comprendidos en este lapso hubo descensos, lo cual muestra un desarrollo inestable, mientras en la región solo hubo una reducción en 2009 como resultado de la crisis mundial. Por supuesto Chile, Perú, Argentina, Brasil, Panamá, Uruguay y otros tienen desarrollos relevantes en el período, a pesar de no contar la mayoría con las posibilidades de exportación de petróleo a 100 dólares el barril.Otros datos indicativos de los problemas de la economía venezolana es que la deuda era de 35,4 miles de millones de dólares en 2002, y ascendió a 89,1 miles de millones de dólares en 2011, lo que se explica por el despilfarro de divisas y los caprichos del caudillo. Se destacan en ello, las colosales e injustificables compras de armamento, adquiridos fundamentalmente en Rusia y China, para un inexplicable proceso de militarización, que no se sabe contra quien está dirigido.Tampoco se entiende que en el período 2002-2011, el desempleo se mantenga tan alto para un promedio de 11,2 %, si bien se ha reducido algo, mientras el salario real se ha deteriorado desde 2009, según cifras deflactadas por CEPAL en relación con el Índice Oficial de Precios al Consumidor que en Venezuela fue como promedio de 24,6 % como porcentaje de variación de diciembre a diciembre, un indicador que triplica el dato correspondiente al conjunto de la región. Como se puede apreciar, los resultados no son nada halagüeños. El Gobierno venezolano hace mucha propaganda sobre la reducción de los niveles de pobreza y mendicidad en el país, un proceso existente en la mayoría de los países latinoamericanos, incluso con mayor intensidad y magnitud, sin poseer los enormes recursos a disposición de Venezuela, ni la enorme asistencia extranjera con un ejército de profesionales en diversas ramas. Las otras naciones han reducido los niveles de pobreza ofreciendo oportunidades a las personas para prepararse y ganarse el sustento con el esfuerzo propio, no convertidos en parásitos del Estado al estilo cubano.Sin embargo, los problemas de Venezuela no son solo económicos, existe un creciente nivel de violencia que sitúa a sus ciudades entre las más peligrosas del planeta. Si en 1999, cuando Chávez asumió el poder, ocurrieron 5.968 homicidios, en 2011 llegaron a 19.336, convirtiendo el país en uno de los más violentos y peligrosos del mundo, a tal punto que esa cifra rebasa los muertos que se han producido en los últimos años en la guerra de Afganistán. Estas cifras brindadas por el Observatorio Venezolano de Violencia coinciden con datos aportados por organismos especializados de Naciones Unidas. El PNUD en el Informe de Desarrollo Humano 2010 refleja 52 homicidios por 100.000 habitantes en el período 2003-2008, solo superado en la región por Honduras (60,9) y Jamaica (59,5). El dato del país sudamericano fue de 67 en 2011, detrás de Honduras (86) y El Salvador (71) en el área. El ambiente de violencia va parejo con frecuentes motines en las cárceles, donde bandas rivales dirimen sus diferencias en batallas campales, incluso con la utilización hasta de rifles de asalto.Por otra parte, el chavismo ha llegado a controlar los principales medios de difusión y, probablemente de triunfar en las próximas elecciones, se decidirá a convertir Venezuela en otra Cuba, con un absoluto monopolio de las comunicaciones. Aunque todavía no se ha implantado la dualidad monetaria existente en la Isla, ya está presente una diferenciación pronunciada en la tasa de cambio oficial del bolívar frente al dólar (4,3), respecto a la imperante actualmente en el mercado negro (13 -14). No sorprendería que si Chávez se impone nuevamente, algún día los venezolanos se levantarán con la dualidad monetaria, Comités de Defensa de la Revolución en cada cuadra para vigilar los vecinos, una libreta de racionamiento y hasta una Tarjeta Blanca de permiso para salir del país.En política exterior los resultados han sido igualmente nefastos. Venezuela ha forjado alianzas con los gobiernos más represivos y oscurantistas del mundo. Desde la dictadura de Lukashenko en Bielorrusia hasta el régimen de los ayatolas en Irán, convirtiéndose en uno de los más firmes defensores políticos del carnicero de Damasco, Bashar el Asad. Recuérdese que hasta sus últimos estertores, Caracas apoyo la tiranía de Gadafi en Libia, convirtiendo a TELESUR en su vocero para América Latina y el Caribe. Para promover las aspiraciones imperiales del caudillo, el petróleo ha sido muy utilizado como arma política al suministrarlo con precios y formas de pago preferenciales en el marco de la Alianza Bolivariana para las Américas (ALBA) y selectivamente a otros países, lo cual ha significado inmensos desembolsos de dinero, cuando Venezuela aún posee sectores de la población inmersos en la miseria y la marginalidad, y una economía totalmente atada a los precios del hidrocarburo, que de derrumbarse sumirían el país en el caos.Para Cuba las futuras elecciones pueden tener consecuencias dramáticas en caso de derrota de Hugo Chávez. Con una economía moribunda y convertida en un estado parásito, si se perdiera el cordón umbilical que la alimenta desde Venezuela, ocurriría una situación desastrosa e insostenible. ¿Cómo pagar los 100.000 barriles de petróleo diarios, en su mayor parte ahora amortizables en 25 años? Indudablemente el pueblo venezolano no solo definiría el futuro de su país, sino el de muchas naciones el 7 de octubre.




YOANI SANCHEZ RELATA SU ARBITRARIA DETENCION

“Intentaron desnudarme. Me resistí y lo pagué”



La colaboradora 
de EL PAÍS en Cuba 
relata sus 30 horas detenida 
para impedirle cubrir el juicio
Yoani Sánchez 6 OCT 2012 - 11:17 CET374

Me quisieron impedir llegar al juicio a Ángel Carromero. Alrededor de las cinco de la tarde del 4 de octubre, un amplio operativo a las afueras de la ciudad de Bayamo detuvo el auto en que viajábamos mi esposo y yo, junto a un amigo. “Ustedes quieren boicotear al tribunal”, nos dijo un hombre vestido completamente de verdeolivo, para inmediatamente proceder a detenernos. El operativo tenía las dimensiones de un arresto hecho contra una banda de narcotraficantes o de la captura de un prolijo asesino en serie. Pero en lugar de tan amenazantes personas, solo había tres individuos que deseaban participar de oyentes en un proceso judicial, asomarse al interior de la sala de un tribunal. Le habíamos creído al periódico Granma cuando publicó que el juicio era oral y público. Pero ya saben, Granma miente.

No obstante, al arrestarme, en realidad me estaban regalando experimentar periodísticamente el otro lado de la historia. Vivir en la piel de Ángel Carromero cómo se estructura la presión alrededor de un detenido. Saber en carne propia los intríngulis de un Departamento de Instrucción del Ministerio del Interior. Lo primero fueron tres mujeres uniformadas que me rodearon y me quitaron el móvil. Hasta allí era una situación confusa, agresiva, pero todavía no tenía visos de violencia. Después, esas mismas fornidas señoras me introdujeron en un cuarto e intentaron desnudarme. Pero hay una porción de uno mismo que nadie puede arrancarnos. No sé, quizás la última hoja de parra a la que nos aferramos cuando se vive bajo un sistema que lo sabe todo sobre nuestras vidas. En un mal y contradictorio verso quedaría como “podrás tener mi alma… mi cuerpo no”. Así que me resistí y pagué las consecuencias.

Después de ese momento de máxima tensión le llega el turno al policía "bueno”. Alguien que se me presenta diciendo que lleva el mismo apellido que yo –como si eso sirviera de algo- y que le gusta “dialogar”. Pero la trampa es tan conocida, se ha repetido tanto, que no caigo. Me imagino de inmediato a Carromero sometido a la misma tensión de amenaza y “buen talante”… difícil sobrellevar algo así por largo tiempo. En mi caso, recuerdo haber tomado aliento y después de una larga diatriba contra la ilegalidad de mi arresto me quedé repitiendo por más de tres horas una sola frase “Exijo que me dejen hacer una llamada telefónica, es mi derecho”. Necesitaba una certeza y la reiteración me la daba. El estribillo me hacía sentirme fuerte frente a personas que han estudiado en la academia los diversos métodos para ablandar la voluntad humana. Una obsesión era todo lo que me urgía para enfrentarlos. Y me obsesioné.

    Después de una larga diatriba contra la ilegalidad de mi arresto me quedé repitiendo por más de tres horas una sola frase “Exijo que me dejen hacer una llamada telefónica, es mi derecho”

Por un rato parecía que había sido en vano mi insistente cantaleta, pero después de la una de la madrugada me permitieron hacer la llamada. Unas pocas frases con mi padre, a través de una línea evidentemente pinchada y ya todo quedaba dicho. Podía entonces entrar en la otra etapa de mi resistencia. La llamé “hibernación”, porque cuando se nombra algo es como sistematizarlo, creérselo. Me negué a comer, a beber cualquier líquido; me negué al examen médico de varios doctores que trajeron a revisarme. Me negué a colaborar con mis captores y se los dije. No podía despegar de mi mente el desvalimiento de Carromero en más de dos meses lidiando con aquellos lobos que alternaban con el papel de oveja.

Una buena parte del tiempo toda mi actividad la filmaba una cámara que un sudoroso paparazzi manejaba. No sé si algún día pondrán alguna de esas tomas en la televisión oficial, pero organicé mis ideas y mi voz para que no pudieran ser transmitidas menoscabando mis convicciones. O les mantienen el audio original con mi demanda, o tienen que repetir la chapuza de sobreponerle la voz de un locutor. Traté de hacerles lo más difícil posible la edición posterior de aquel material.

Solo hice un pedido en 30 horas de detención: necesito ir al baño. Yo estaría preparada para llevar la batalla hasta el final, pero mi vejiga no. Después me llevaron a un calabozo-suite. Había pasado horas en otro que tenía una rara mezcla de barrotes y cortinas, con un terrible calor. Así que llegar al salón más amplio, con televisor y varias sillas, que desembocaba en una habitación con una cama realmente apetecible fue un golpe muy bajo. Solo de mirar el estampado de las cortinas, tuve el presentimiento que era el mismo lugar donde habían hecho la primera grabación que circuló en Internet de las declaraciones de Ángel Carromero.

Aquello no era una habitación, era un set. Lo supe de inmediato. Así que me negué a acostarme sobre la sobrecama recién tendida y a poner mi cabeza sobre las tentadoras almohadas. Me fui a una silla en un rincón y me acurruqué. Dos mujeres vestidas de militar me vigilaban todo el tiempo. Yo estaba viviendo el deja vú de otro, el recuerdo del escenario en el que transcurrieron los primeros días de detención para Carromero. Ya lo sabía y era duro. Una dureza que no estaba en el golpe o en la tortura, sino en la convicción de que no se podía confiar en nada de lo que ocurría dentro de esas paredes. El agua podía no ser agua, la cama más bien parecía una trampa y el doctor solícito estaba más cerca del soplón que del galeno. Lo único que quedaba era sumergirse en los abismos del “yo”, cerrar las compuertas con el afuera y eso hice. La fase “hibernación” derivó en un letargo auto provocado. Ya no pronuncié una palabra más.

Para cuando me dijeron que me “iban a trasladar hacia La Habana”, me costó despegar los párpados y mi lengua parecía salirse de la boca por los efectos de la prolongada sed. Sin embargo, yo sentía que los había vencido. En un último gesto, uno de mis captores tendió su mano para ayudarme a subir al microbús donde también estaba mi esposo. “No acepto cortesía de represores”, lo fulminé. Y volví a tener un último pensamiento para el joven español que vio torcerse su vida aquel 22 de julio, que tuvo que bregar entre todos aquellos engaños.

Al llegar a casa supe de los otros detenidos y de que la propia familia de Oswaldo Payá no pudo entrar a la sala penal. También del pedido de siete años hecho por el fiscal contra Ángel Carromero y de la condición de “concluso para sentencia” en que quedó el juicio de este viernes. Lo mío era solo un tropezón, el gran drama sigue siendo la muerte de dos hombres y el encierro de otro.