Declaramos que la libertad de expresión, el flujo amplio y tolerante de ideas y el uso libre de los medios y expresiones de la comunicación social y la cultura de todos los ciudadanos es un derecho inalienable que pertenece a todos por igual.

domingo, 27 de mayo de 2012

UN MONUMENTO A LA LIBERTAD






por María Rivadulla
Anda ya por YouTube Cocodrilo Smile, video con una exposición celebrada en Cuba, auspiciada por caricaturistas cubanos, de dentro y fuera de la isla y  por SATS.
De pronto se devela ante nosotros la fuerza de un grupo de gente libre, en un encuentro totalmente atípico, tan distinto al resto del micromundo que es el caimán acostado pero no caído de nuestra isla. La expresión “gente libre” puede resultar chocante para todos los que sabemos que no hay libertades en Cuba ¡de ningún tipo! excepto la que no han podido aplastar o encadenar los Castro y su dictadura: la libertad del espíritu, la libertad del alma, la libertad de la creatividad que de alguna manera, siempre va a intentar buscar su espacio y salir a la luz porque es intrínseca a la naturaleza humana, porque precisamente vive de la luz, porque además tiene como función transmitir y educar.
Caricaturistas cubanos, hombres que dibujan rompiendo cadenas, que han logrado ¿vencer el miedo o aprender a convivir con él? y un grupo numerosísimo –para los estándares dictatoriales– de intelectuales, escritores, artistas, blogueros, disidentes reconocidos ¡y hasta jóvenes y niños!, participaron en la exposición. 
Las muestras, todas llenas de un humor fabuloso, de ése que provoca la ancha risa del que sabe lo que hay delante y detrás de cada trazo, tenían como tema por supuesto el quehacer político al que ha estado impuesto el pueblo cubano desde 1959 hasta la fecha.
Las caricaturas fueron rifadas al final del encuentro.
Podemos mudarnos por un rato a ese perdido y particular espacio mental que todos tenemos, donde los “quizás” pueden ser protagonistas para elaborar otra historia, donde nos refugiamos cuando la nostalgia por la Cuba en que no estamos nos aprieta la respiración. Ya allí, jugar un poco a que:
“Quizás” si esto hubiera podido hacerse en los inicios, si la prensa no hubiera sido aplastada, si la generación que “se quedó” y que conoció el pasado no hubiera sido arropada por el miedo implantado por la dura represión ejercida para consolidarse Fidel Castro en la silla del poder absoluto, si esa generación no se hubiera callado y nos hubiera hablado y transmitido a los que nacimos a continuación, toda la verdadera historia de luchas, de desatinos pero también de aciertos y esfuerzos para hacer un país mejor, una república sobre bases sociopolíticas más honestas y justas para todos... 
“Quizás” si eso hubiera pasado, y si los caricaturistas políticos –que tantos y tan buenos los había–  hubieran podido expresar, desde que comenzaron a sentirlo, que estábamos montando –la mayoría sin tener conciencia de ello– el embeleco de una dictadura; y con sus trazos hubieran deformado cómicamente el rostro de Fidel tirando a guasa todo el desproceso, sacándole la lengua gráfica a los embanderillados del disparate, sacándole lasca a los disparatados proyectos económicos, a los “altos dirigentes”, a su forma de vida...
“Quizás” el dictador no hubiera aguantado la burla. Porque si algo es seguro en estos malcriados –además de cínicos, sanguinarios, crueles y torcidos que de vez en cuando y lamentablemente afloran en la historia de la Humanidad como recipientes que concentran en sí mismos todas nuestras desvirtudes para hacernos caer en lo más bajo en la escala de valores– es que no soportan que se rían de ellos porque poseen un ego superlativo, una carga de complejos develadores en sí mismos de gran inseguridad y ningún sentido del humor.
Pero saliendo del rincón oculto para enfrentarnos al mundo real y luchar en él, nos encontramos, en definitiva, con una verdad manifiesta: ya no es necesario desear que algún día “alguien” escriba la historia de Cuba de los más recientes lustros... La historia se ha estado escribiendo por muchos, entre ellos cada uno de estos caricaturistas –demostrando una vez más que los de aquí y los de allá somos un solo pueblo– por los participantes a este encuentro y por muchos otros, lo que nos llena de orgullo patrio y confianza en el presente y futuro. 
Y poco a poco aflora la verdad, somos más libres, llega la luz, se queda entre nosotros... "y la verdad nos hará libres"

miércoles, 16 de mayo de 2012

110 Aniversario de la proclamación de la República de Cuba


El 110 aniversario de la proclamación de la república debe motivar nuestra meditación sobre la urgencia de fortalecer la conciencia ciudadana
Miriam Leiva, La Habana | 16/05/2012
La república fue proclamada el 20 de mayo de 1902, cuando descendió la bandera norteamericana, se izó la cubana, el gobernador militar Leonard Wood cesó la ocupación a favor del primer presidente, Don Tomas Estrada Palma, y la Constitución cargó el apéndice de la Enmienda Platt. Al cabo de 110 años, cabría preguntarse si alguna vez Cuba ha sido soberana e independiente.
Los acontecimientos resultaron traumáticos para los independentistas. Cuando las fuerzas del Ejército Mambí habían extendido victoriosamente las operaciones por todo el territorio del país, el 15 de febrero de 1898 explotó en la bahía de La Habana el acorazado USS Maine, ocasionando 260 muertos. Estados Unidos declaró la guerra a España y el 20 de junio desembarcó sus tropas en las cercanía de Santiago de Cuba, apoyado por las fuerzas insurrectas cubanas. Los españoles se rindieron el 16 de julio, pero los mambises no pudieron entrar en la ciudad y en diciembre se firmó el Tratado de París, con la ausencia de representantes cubanos, mediante el cual España entregó Cuba, Puerto Rico, Guam, Filipinas y otras posesiones. El 1 de enero de 1899, el general Brook se instaló en La Habana como gobernador militar.
Antecedió un proceso de desmontaje de las principales organizaciones que habrían podido contribuir al avance de la actividad política y cívica. El ejército libertador fue desmovilizado y Tomás Estrada Palma, sustituto de José Martí como delegado del Partido Revolucionario Cubano tras su muerte en combate el 19 de mayo de 1895, lo desactivó y dejó de publicar el periódico Patria. El 2 de marzo de 1901 el senado norteamericano aprobó la Enmiendo Platt a la ley del presupuesto del ejército, que vinculaba la retirada de Cuba al derecho de Estados Unidos de intervenir en sus asuntos internos, hasta con el envío de tropas, así como disponer de estaciones carboneras y navales, estableciéndose después la base en la Bahía de Guantánamo. A pesar del disgusto de la mayoría de los cubanos participantes en la convención constituyente de Cuba, aceptaron poner la Enmienda como apéndice a la Constitución para poder proclamar la república el 20 de mayo de 1902. (En 1934 se derogó producto de la fuerte presión popular interna y las nuevas políticas de la administración de Franklin Delano Roosevelt).
Durante los dos años de ocupación militar, los norteamericanos realizaron también obras de saneamiento, campañas de vacunación e instrucción, y construcción de algunos viales y acueductos. A partir de entonces se expandieron las empresas norteamericanas que compraron tierras e invirtieron en la industria azucarera, así como en la minería, los ferrocarriles, la manufactura y la banca, aunque el peso fundamental estuvo en el azúcar. Cuba fue mono-productora y tuvo fundamentalmente como mercado para sus exportaciones a Estados Unidos. Desde el punto desde vista político, Estados Unidos intervino en diversas etapas convulsas, incluso con tropas en 1906 debido a la Guerrita de Agosto, promovida por el Partido Liberal, ante las pretensiones de reelección de Estrada Palma; así como el envío de la comisión de paz del secretario de guerra William Taft y el establecimiento del gobierno provisional de Charles Magoon hasta 1909. También en 1921 el General Enoch Crowder se instaló en La Habana como representante del presidente y luego embajador.
Desafortunadamente, junto al desarrollo del pensamiento intelectual y social proliferaron los intereses políticos y económicos, con la corrupción y el clientelismo de personalidades que habían participado destacadamente en lucha independentista. Entre los muchos casos notables estuvo el General Gerardo Machado, quien convirtió su mandato como presidente (1925-1933) en una dictadura feroz, derrocada por la movilización popular. Siguió una gran inestabilidad en el gobierno provisional, lo que propició el golpe de estado del 4 de septiembre, cuando surgió el sargento Fulgencio Batista. Tras el gobierno progresista de los 100 días encabezado por el Dr. Grau San Martín, de facto Batista se convirtió en el hombre fuerte entre 1934-1940, cuando ganó las elecciones a la presidencia. En 1935 se adoptó la ley para formar la Asamblea Constituyente, y en 1939 se aprobó un nuevo Código Electoral, por el cual se eligieron sus miembros.
Ese proceso y la promulgación de la Constitución de 1940, documento realmente avanzado para la época —si bien posteriormente no se elaboraron las leyes complementarias—, crearon bases adecuadas para avanzar en el proceso democrático. Se había sobrepasado la grave crisis económica que sumió a los cubanos en la gran pobreza del “machadato” y se gozó de años de relativa prosperidad gracias al incremento de las ventas y el precio del azúcar durante y después de la Segunda Guerra Mundial. En 1944 llegó a la presidencia Ramón Grau San Martin, profundizándose la lucha sindical y política, con el ascenso de nuevas personalidades, entre las cuales estaba Eduardo Chibás, líder del Partido del Pueblo Cubano (Ortodoxo). En 1948 fue electo presidente Carlos Prío Socarrás, que enfrentó grandes protestas populares debido al aumento de los precios del transporte y productos básicos, el latrocinio, la corrupción administrativa y la violencia. Eduardo Chibás emprendió una cruzada de denuncias y afianzó el apoyo de la población a su candidatura presidencial para 1952, pero se suicidó en agosto de 1951. Batista, entonces senador, preparó su aspiración por el Partido Acción Unitaria (PAU), aunque era evidente que no podría triunfar.
El 10 de marzo de 1952 con su golpe de estado, Batista aniquiló definitivamente las posibilidades de consolidación democrática y soberana de Cuba. Desde hace 60 años, nuestro pueblo vive bajo los mandos totalitarios; el poder absoluto de una personalidad y su grupo. Las diferencias han respondido a las características de las épocas. La madrugada del 1 de enero de 1959, el general Batista huyó a República Dominicana como resultado de la lucha armada en las montañas de la Sierra Maestra y Escambray, y en menor medida en otras zonas de la Isla, apoyadas por las acciones clandestinas en ciudades y poblados. Fidel Castro contó con un extraordinario apoyo de los cubanos, que confiaron en sus promesas de crear amplias posibilidades para todos y un futuro próspero. Sin embargo, las expropiaciones extremas y la represión a cualquier idea diversa bajo acusación de ser contrarrevolucionario, coartaron la libertad de los cubanos, dividieron la sociedad y convirtieron Cuba en un país de cárceles y emigrados.
La política de Estados Unidos, que incluyó el apoyo armado a opositores para actividades de sabotajes y focos en las montañas, la invasión por Bahía de Cochinos o Playa Girón en 1961, y el mantenimiento de un embargo económico, fue hábilmente utilizada por las autoridades de la Isla para crear un ambiente de fortaleza sitiada, y aprovechar la confrontación de las superpotencias en el marco de la Guerra Fría, a fin de recibir el respaldo militar y, sobre todo, las subvenciones de la Unión Soviética y sus aliados. De la subordinación política y económica a Estados Unidos se pasó a la dependencia respecto a los países del autoproclamado socialismo real.
La historia de los últimos 20 años es bastante conocida. Con la desintegración del campo socialistas soviético, se fue a bolina la utopía, y el totalitarismo isleño ha sobrevivido por las transfusiones de petrodólares de Venezuela. Mientras sigue el embargo norteamericano, Estados Unidos es uno de los principales socios comerciales de bienes de Cuba; los vínculos culturales, científicos, académicos, deportivos y otros se han fortalecido y el presidente Obama goza de mucha simpatía, versus un socialismo del siglo XXI en el que pocos cubanos creen. El vecino del norte ha acogido y brindado oportunidades a los cubanos, que junto a sus descendientes ya son 1, 8 millón, los cuales con sus conocimientos, experiencias e inversiones podrían contribuir a sacar a Cuba de la gran crisis económica, política y social imperante. Asimismo, existen muchas esferas en que la colaboración con los norteamericanos, sobre la base de respeto y ventajas mutuas, podría ser beneficiosa.
El 110 aniversario de la proclamación de la república debe motivar nuestra meditación sobre la urgencia de fortalecer la conciencia ciudadana, para que una sociedad civil fuerte, inclusiva de todos, reconstruya Cuba con el propósito de ser por primera vez realmente libres, soberanos e independientes.
© cubaencuentro.com

martes, 15 de mayo de 2012

Diáspora y destierro


Por: Juan Antonio Blanco


Agradezco la contribución hecha por Alejandro Armengol al actual debate sobre el concepto que mejor identifica a la masa de cubanos que hoy vive en el exterior. Sin duda este es un tema central y a menudo mal tratado que genera continuos debates que a veces hacen olvidar hacia dónde hay que dirigir las pasiones que levanta. Voy a permitirme, apenas a título complementario, agregar algo a lo ya dicho por el autor en su artículo Diáspora y exilio.

Los conceptos no son estáticos, sino evolucionan según el uso que se les da, y con ello cambian también quienes los abrazan o desechan.

El termino de diáspora efectivamente fue empleado en su origen para calificar la dispersión masiva que supuso el éxodo judío para escapar a sus opresores (cruzar el Mar Rojo para escapar la esclavitud en Egipto era en aquel tiempo una opción desesperada, como lo fue después escapar de Europa ante el avance nazi). También fue usado el concepto para describir otras circunstancias en las que la opción personal no jugaba un papel en el desplazamiento físico, como fue la captura y exportación forzada y masiva de africanos como esclavos a las Américas.

Pero en 1986 Gabriel Sheffer publicó su libro Un nuevo campo de estudios: las diásporas modernas en las relaciones políticas internacionales y desde entonces el término se emplea para calificar a grupos étnicos de origen migrante que residen y actúan en sus países de acogida, pero mantienen fuertes lazos sentimentales y materiales con sus países de origen. Visto desde esa perspectiva, hoy predominante en la literatura académica sobre migraciones, el concepto se ajusta mejor para describir la actual realidad de una masa significativa de cubanos que por muy diversas razones se marchan de su país pero mantienen fluidas relaciones con la Isla.

Todos los cubanos que migran —o sea, que se desplazan físicamente de un país a otro— son emigrados. Migrar es un concepto que describe un desplazamiento en espacio y no alude a la motivación detrás de ese acto. Hay infinitas razones para migrar. Las causas que motivan ese desplazamiento y el status legal que usan para ser acogidos en el nuevo país es el que decide si son exiliados (personas que por razones de conciencia deciden irse de Cuba) y de entre ellos si son asilados o refugiados (si temerosos de ser devueltos a Cuba solicitaron el asilo como refugio político). La contraposición entre los conceptos exilio y emigración es propia de debates ideológicos, pero no se aviene al contenido real de esas categorías, las cuales no son contradictorias y pueden resultar complementarias según el caso. El debate sobre ese punto terminológico se ha politizado porque unos y otros desean reflejar que la inmensa mayoría o totalidad de esa masa de migrantes lo hace por razones políticas o económicas. Ese es un debate válido y necesario, pero que no invalida el hecho de que migrantes son todos.

Tiene razón Armengol cuando recuerda que La Habana, en su ignorancia habitual, usó en algún momento el término de diáspora, para evitar emplear el de exilio, sin percatarse de que el origen de ese concepto estaba vinculado a masas de personas que escapaban de la opresión (judíos) o eran forzados a salir de su territorio (africanos). Al parecer alguien les llamó la atención porque ahora critican y sospechan de todos aquellos que usamos ese concepto e insisten en que solamente se hable de comunidad cubana en el exterior que es el único políticamente correcto a su entender.

Los que hoy usamos el concepto de diáspora para referirnos a los cubanos lo hacemos precisando que al interior de esa masa de personas hay una zona significativa de exiliados, o sea de personas que han emigrado por razones de conciencia. Entre ellos muchos se acogieron al asilo y refugio políticos en otros países para asegurarse de no ser devueltos y poder legalizar su status si arribaron sin visa. También hay personas —estén conscientes o no de ello— que salieron forzados por el creciente deterioro de la vida cotidiana generado por un régimen de gobernabilidad que bloquea su creatividad y proyectos de vida. Al no ver con claridad esa conexión se consideran a sí mismas emigrados económicos, pero es debatible si en realidad pueden ser considerados como tales por el simple hecho de que no tengan conciencia de la conexión que existe entre el sistema político y económico con la miseria de la que intentaban escapar.

Lo curioso es que, sea cual sea el motivo de su partida de Cuba, el grado de conciencia que tengan sobre la relación entre las causas políticas y las económicas que los empujaron a salir, el país que eligieran para asentarse, el status legal con el que entraron al nuevo país (en el caso de EEUU pudiera ser un emigrado beneficiado con las 20.000 visas anuales de migrantes, haberse acogido al ajuste cubano o haber solicitado asilo político), la aplastante mayoría de esa diáspora es de hecho desterrada según las leyes cubanas vigentes. Son desterrados que no pueden regresar a asentarse al país donde nacieron y requieren de autorización para visitarlo, la cual puede ser negada en cualquier momento y sin que medie explicación alguna.

En conclusión: las actuales leyes migratorias cubanas son ante todo leyes de destierro para aquellos que optan por asentarse en EEUU u otro país. Los permisos de residencia en el exterior son —por muchas que sean las personas que hoy ya lo reciban— otorgados a discreción del Estado y junto a los permisos de entrada son dádivas gubernamentales para incentivar el comportamiento apolítico y acrítico de los emigrados.

Este y no otro debería ser hoy el centro del debate.

Para quienes anden en busca de un concepto que resulte ampliamente aglutinador y albergue dudas sobre aquellos términos que usualmente se manejan —diáspora, exilio, emigración, comunidad en el exterior o cualquier otro— el de destierro podría resultarles bastante abarcador. El destierro es una condición que se aplica por igual a todos los cubanos, por muy simpatizantes que sean del Gobierno en la Isla, porque la llamada habilitación del pasaporte no es sino un salvoconducto revocable para visitar el país en que se nació.
Exigir el fin de las leyes de destierro es el meollo de la cuestión que distingue a los abolicionistas que exigimos su fin —con la aplicación de los artículos 9 y del 13 de la Declaración Universal de Derechos Humanos— de los reformistas que promueven una legislación más flexible con diezmos más baratos.

domingo, 13 de mayo de 2012

Feliz Día de las Madres


A todas las mujeres del mundo, a todas aquellas que viven en libertad y a las que padecen día a día bajo regímenes dictatoriales o por leyes que las denigran y discriminan.
Una felicitación especial a las Damas de Blanco, ejemplo de persistencia y valor en su lucha pacífica a favor de la liberación de los presos políticos en Cuba.

A todas, ¡FELIZ DIA DE LAS MADRES!

 Un sindicato en los brazos del patrón







El 1 de mayo 
ni un solo puño 
se levantó en señal 
de protesta

Por: Yoani Sánchez
Si algo distingue al primero de mayo de otros días del año, no es el desfile, ni tampoco la muchedumbre que agita sus banderitas de papel. Lo más llamativo resulta el silencio que cae sobre La Habana después de que terminara el acto masivo en la Plaza de la Revolución. Una quietud apenas interrumpida por los pocos autos que recorren las calles y por algún policía que suena el silbato en una esquina. Todas las escuelas, los centros laborales, las dependencias oficiales y hasta las paradas de ómnibus se quedan vacías. Ese escenario se ha repetido por décadas, pero en este 2012 algo rompió el tedio habitual de la jornada de los trabajadores. Muchos negocios particulares, conocidos aquí con el calificativo de cuentapropistas, abrieron sus puertas a pesar del feriado, se saltaron la conmemoración para volcarse en el comercio de pizzas, helados o batidos de frutas. Mientras otros lanzaban consignas de reafirmación revolucionaria, ellos vendían sus productos; pescaban en el río apacible dejado por los comercios estatales cerrados.
Se espera que al finalizar este año alrededor de 600.000 cubanos ostenten una licencia para trabajar en el sector privado. Entre ellos se incluirán muchos de los que quedarán sin empleo a raíz de la reducción de plantillas que se lleva a cabo por todo el país. En los próximos meses más de 170.000 plazas serán cerradas en diferentes esferas pertenecientes al Estado y al personal se le reubicará en otras labores o irá al despido. Los eufemismos que caracterizan al lenguaje oficial han llegado a su máxima expresión a la hora de hacer referencia a este impopular proceso. Han dado en llamar a los recortes “reordenamiento laboral” y a las personas que están en el paro les han colgado el calificativo de “disponibles”. Como si no bastaran tales peculiaridades en el plano nominal, el único sindicato autorizado en el país ha apoyado la decisión de “desinflar las plantillas para lograr eficiencia”. La Central de Trabajadores de Cuba ha dejado claro que su papel está más al lado del empleador que de los empleados. Postura que no ha sorprendido a ninguno de sus casi tres millones de miembros, acostumbrados a pagar disciplinadamente su cuota pero conscientes de que esta organización representa los intereses del poder frente a la base y no a la inversa.
A ese mismo obediente sindicato ha ido a parar más del 80% de los más de 370.000 trabajadores por cuenta propia y una representación de ellos desfiló el pasado primero de mayo. No se han inscrito en él buscando representatividad o amparo, sino para evitarse problemas. Intuyen —con razón— que de no afiliarse podrían señalarse como “apáticos”, “burgueses” y en el peor de los casos como “contrarrevolucionarios”. Todos ellos, sin dudas, preferirían una asociación que los defendiera de los altos impuestos, convocara a protestas por la ausencia de un mercado mayorista y reclamara préstamos bancarios con los que sostener sus negocios. De poder elegir, ni siquiera hubieran votado por Salvador Valdés Mesa, el actual secretario general de la CTC, cuya ocupación anterior fue en el antagónico Ministerio del Trabajo. En lugar de la Iglesia en manos de Lutero, el nuestro parece ser un sindicato atrapado en los brazos del patrón. Una federación que ha respaldado la supresión de medio millón de empleos que se implementará hasta el año 2015 y que ha llamado a una mayor compromiso con el Gobierno de Raúl Castro. Como legado negativo de esa actitud pasiva y cómplice, quedará el rechazo futuro de muchos obreros a integrar sus filas o las de otra organización proletaria. A la palabra sindicato habrá que sacudirle en Cuba sus actuales connotaciones de inacción para devolverle aquel papel irreverente y autónomo que una vez tuvo.
 Por el momento, en la tribuna del primero de mayo en lugar de un mensaje reivindicativo se impusieron como lemas los llamados a la disciplina, la exigencia y el control. La inconformidad laboral no tiene cabida en una Plaza de consignas triunfales y loas al sistema. Ni un solo bloque represento a los desempleados, ni un solo puño se levanto en señal de protesta, ni un sólo cartel puso en jaque a las autoridades. Muchos de los allí presentes han asistido por la misma razón que se han inscrito en la CTC, para no marcarse como desafectos a un proceso político en el que ya apenas si creen. Sonríen a la cámara y algunos lleven a sus hijos sentados sobre los hombros; pero nada queda en ellos de la esencia contestataria del Día de los Trabajadores. Cuando termina el acto regresan a casa o se adentran en las calles de los alrededores en busca de algo para comer o beber. Terminan comprando en el mostrador de algún cuentapropista no sindicalizado que mantuvo abierto su negocio durante el feriado. A la mañana siguiente, el periódico oficialista Granma publica un orgulloso titular en letras rojas “este ha sido el desfile más organizado y más rápido” de nuestra historia. Y por esta vez, Granma tiene razón.
Ni un solo bloque representó a los desempleados, ni un solo cartel puso en jaque a las autoridades

miércoles, 9 de mayo de 2012

Aquelarre contrarrevolucionario en Matanzas


Oscar Espinosa Chepe, La Habana | 07/05/2012 9:25 am

Bajo el engañoso título “Primer Encuentro de Blogueros en Revolución” se efectuó en la Universidad Camilo Cienfuegos de Matanzas una reunión de 60 propagandistas del régimen, a fin de discutir las formas y los métodos para seguir proyectando en el mundo una distorsionada imagen de una Cuba paradisiaca, cuando en realidad cada día se hunde más en la crisis y la miseria.
El propósito de esas personas es la utilización de la red de redes para, al mismo tiempo de negar la angustiosa situación nacional, calumniar a quienes con muchas dificultades, afrontando la represión oficial, se han convertido en las voces del pueblo cubano con sus denuncias diarias sobre las arbitrariedades de un gobierno que ha llevado el país al desastre.
Esos propagandistas oficiales son la continuación de lo peor de la historia cubana. Realizan la misma sucia labor que desarrollaban Otto Meruelo y otros despreciables personajes en los años 1950, pagados por la tiranía batistiana. Por ello, no pueden ser calificados como “blogueros en revolución”, al defender un régimen reaccionario dedicado a preservar sus privilegios y poder absoluto basado en concepciones y dogmas fracasados. Un régimen obtusamente decidido a sostener un disfuncional modelo económico, político y social que ha conducido al país al siglo XIX, con el predominio del uso del buey en la agricultura, carretones tirados por caballos como transporte en las ciudades, los cocimientos de hierbas en sustitución de la medicina moderna, fábricas auto-colapsadas con decenios de atraso tecnológico y una generalizada descapitalización material y humana de la sociedad cubana.
Los blogueros oficiales aprovechan para calumniar y mentir sus privilegios de acceso a Internet, cuando al pueblo se le niega ese derecho. Actualmente Cuba es uno de los países con menor conectividad a la red en el mundo, según datos publicados por entidades de Naciones Unidas, incluso por debajo de naciones tan pobres como Haití y de la subdesarrollada África. Las negativas consecuencias no son solo políticas, sino que se está lesionando el conocimiento científico y tecnológico, con afectaciones para el desarrollo del país en todos los campos, en un mundo donde los mercados son cada día más competitivos, interdependientes y selectivos.
Al mismo tiempo estos especialistas en demagogia, engaño y doble moral, proclaman la existencia del socialismo en Cuba, una ofensa a los millones de personas que han luchado y luchan por un mundo mejor, con justicia social y solidaridad entre los seres humanos. En Cuba las diferencias sociales constantemente se incrementan, en especial en detrimento de los trabajadores, que reciben salarios de hambre y miseria, que hasta el presidente Raúl Castro ha reconocido como insuficientes para vivir.
Los verdaderos revolucionarios en Cuba hoy son los que buscan cambios y que todos tengamos derechos a una vida digna y en libertad; sin persecuciones a los ciudadanos por expresar sus criterios y prohibiciones para abrir blogs y actualizarlos. Actualmente, los blogueros independientes tienen que soportar las calumnias de estos revolucionarios y socialistas de utilería, en realidad verdaderos agentes policiales al servicio de un régimen que se burló de las esperanzas de un pueblo y resultó ser una colosal estafa.
Ese encuentro de blogueros oficialistas, junto a otros hechos, indica que las promesas de cambio del Gobierno permanecen en un punto muerto, semiparalizadas. El vacilante sector reformista da muestras de estar dispuesto a hacer concesiones a quienes se oponen a las transformaciones. En la Primera Conferencia del Partido Comunista se ratificaron las viejas concepciones marxistas-leninistas y de exclusividad para el partido único. Más recientemente, durante la visita del Papa Benedicto XVI, el vicepresidente Marino Murillo afirmó que no se harán cambios políticos, lo cual coincidió con una amplia campaña de represión en todo el país, con el encarcelamiento por varias semanas en condiciones infrahumanas de José Daniel Ferrer, destacado disidente pacifico, liberado con la amenaza de ser procesado y enviado a prisión. Igualmente otro integrante del grupo de los 75 prisioneros de conciencia condenados durante la Primavera Negra de 2003 que recibió licencia extrapenal, Librado Linares, fue recientemente acosado y golpeado impunemente por turbas gubernamentales frente a su vivienda.
Las causas por las cuales el ímpetu reformista se podría estar apagando, serían varias. En primer lugar está el temor a la evidente toma de conciencia del pueblo cubano sobre la situación nacional. A esto se suman las preocupaciones oficiales sobre la solidez de las decisivas subvenciones procedentes de Venezuela y un entorno internacional cada vez menos proclive a soportar gobiernos tiránicos y totalitarios. A esto se agrega que las tímidas e insuficientes medidas realizadas no han sacado al país de la crisis, por el contrario se hunde más en ella. La lógica debería indicar que ante esos acontecimientos, se acelerara la apertura, como parece estar sucediendo en Myanmar en sentido democrático, pero en Cuba parece ocurrir lo contrario. La actual dirección, entrampada en el pasado y con muchas contradicciones, empujada por los elementos más reaccionarios y conservadores, indica con sus acciones preferir el atrincheramiento y continuar sumiendo al pueblo en la desesperación. Ojalá que este proceder finalice y que la racionalidad y el sentido común prevalezcan en beneficio de todos.


domingo, 6 de mayo de 2012

Respuesta de Eliécer Ávila ante acciones difamatorias de la Seguridad del Estado.


Por último, sólo quiero proponerles algo: hagan una mesa redonda televisada para toda Cuba y háganme mil preguntas frente al pueblo, yo se las puedo responder todas sin problemas. Y luego inviertan el catalejo, déjenme a mí preguntarle cinco a sus máximos jefes, veremos así quién puede responder y qué responde. Veremos quién está más limpio.


Escribo estas líneas aclaratorias de manera excepcional. No pretendo ocupar ni un segundo de tiempo en lo adelante a responder nada que salga de los laboratorios de la Seguridad del Estado cubana. Alterar mi infinita tranquilidad y desconcentrarme no son gustos que le daré a nadie. Prefiero ocupar mi tiempo leyendo y aprendiendo o disfrutando de las victorias de mi equipo en la Serie Nacional de béisbol. Pero resulta ya muy sospechoso los comentarios que han estado regando por mi barrio de que yo estoy preso, así como la reciente reunión con mi padre para tantear el terreno y preparar alguna jugada muy baja que no se puede tolerar. A continuación respondo a las calumnias hechas por este señor a nombre de la SE:

SE: “tu hijo es un mercenario pagado por la SINA y la FNCA”.

Yo: En mi vida jamás he tenido delante a persona alguna que se identifique como funcionario de la Oficina de Intereses ni de dicha Fundación. No conozco ningún miembro o empleado de una cosa ni la otra. Y mucho menos alguien me ha ofrecido trabajo o dinero.

La única vez que vi a la distancia de unos metros a un funcionario de la Oficina de Intereses fue en el excelente programa Estado de Sats que mi amigo Antonio Rodiles organizó para dialogar acerca del intercambio académico y cultural EE UU-Cuba. El cual está íntegramente en video a disposición del público en Internet.

SE: “tu hijo es mercenario porque se reúne con elementos terroristas.”

Yo: Señores, están abusando de la falta de lógica. Si en Cuba existen elementos terroristas: ¿qué hacen ustedes que no los han metido presos? ¿Qué actos terroristas son esos que han cometido mis amigos? Las personas allegadas a mí tienen su ficha de antecedentes tan blanca como la mía. No conozco entre ellos a delincuente alguno. Aunque es obvio que ustedes usan esos términos a diestra y siniestra con todo el que no les cae bien.

SE: “tu hijo convocó a los cabecillas contrarrevolucionarios para denunciar internacionalmente los arrestos que nosotros llevamos a cabo durante la visita del Papa”.

Yo: Ciertísimo, ahora sí dicen algo que sirva. Aunque de nuevo meten las etiquetas mal: ustedes secuestraron, escúchenlo bien, secuestraron, a Willian, músico que es casi un niño, a pastores de iglesias, al nieto de ese grande de las letras cubanas que fue Eliseo Diego, que es cineasta y no le interesaba para nada ir a ver al Papa. Y no voy a seguir con el largo listado… de muchachos normales que no son cabecillas de nada. A todos ellos su familia los buscó desesperadamente por hospitales y unidades de la PNR y nadie les dio información. Eso se llama abuso y si no quieren que el mundo y el resto de Cuba se entere, no lo hagan y ya está.

SE: “Si tu hijo no es un mercenario, como es que le recargan tanto el celular y le mandan una laptop”.

Yo: Señores, ya estamos muy grandecitos para estar jugando a esta bobería. Con estas afirmaciones y la compra de las empanadas que eran la merienda de aquel histórico Sats voy a empezar a creer que son unos inmaduros. Ustedes saben de sobra que cubanos esparcidos por todo el mundo de vez en cuando me le ponen algo al teléfono por las páginas web que ustedes han habilitado para eso y que yo me entero cuando ya lo tengo puesto. Normalmente sólo recibo la llamada típica:

“Hola Eliécer, soy ¿Fulano?, vivo en alemania y estoy 100% de acuerdo con tus ideas, ahí te puse algo para que puedas comunicarte mejor, un abrazo”

Yo sé que a ustedes les molesta como una patada que alguien se solidarice con quien piensa diferente a sus jefes, pero imagínense, si no es así, con la estafa enorme que nos imponen en los precios de las llamadas uno no podría comunicarse. ¿Por qué en vez de eso no ponen precios justos para que todos los cubanos podamos sostener un teléfono móvil que ya es normal en todas partes hace años y no con un servicio básico y atrasado como el que ustedes brindan?

La laptop de uso que tengo, que aprovecho para darle las gracias, me la mandó con pago perfectamente legal de su abusivo impuesto, Lorenzo García, que no vive en Miami y es informático igual que yo, a través de Cecilia, cuyos padres, maravillosos viejos a quienes también saludo, pude conocer en la ciudad de Santa Clara.

Ninguna de estas personas tiene que ver hasta donde yo puedo saber con nada de fundaciones u oficinas. Aunque está claro que aquí cualquiera puede ser de todo, incluso de ustedes mismos, que no escatiman en mandarme lengüilargos, perdón “agentes” pésimos en su simulación, tipos sin carácter que por una merienda o un diploma venden hasta su madre.

SE: “le conseguimos un trabajo y no lo aceptó”.

Yo: Durante más de 6 meses, después que ustedes me dejaran fuera de mi trabajo, me dediqué a ir a todos los lugares donde había alguna esperanza de reenganchar: Dirección de Mantenimiento Constructivo, Dirección de Finanzas y Precios, Agencia del Puerto del Cayo, Pre e IPI, etc….. y nadie me quiso dar trabajo gracias a ustedes. Ahora, después que yo lo digo en el programa Estado de Sats vienen con el cuento del trabajito en Desoft, para lo cual engañaron a todos mis compañeros ya que solo me iban a contratar a mí. Aclarándome desde el primer momento que el trabajo era todos los días y si llegaba tarde o me ausentaba por alguna razón podía perder lo único que anima a alguien a trabajar en eso: la estimulación en divisas.

Yo no acepto ese tipo de tratos, a mí no me manipula ni me encadena nadie.

Y por cierto, mientras yo sepa ganarme la vida por mi cuenta, como lo he tenido que hacer siempre, aún estando empleado o estudiando, no quiero saber de trabajitos que comprometan mi libertad.

SE: “nosotros lo que hemos hecho es cuidarlo porque si no ya alguien lo hubiera atacado en la calle como le han hecho a otros”.

Yo: Esto casi no merece respuesta porque al cubano de a pie que le digas esto se ríe en tu cara. Yo he viajado por todo el país invitado por gente que sirve y no cae en su chusmería. He hablado durante horas con médicos, arquitectos, artistas, profesores, deportistas, amas de casa, jóvenes estudiantes de todo tipo, militantes del PCC e incluso militares. Y jamás, alguien me ha faltado el respeto en lo más mínimo, por el contrario, la gente me expresa su respeto y a veces me muero de la pena porque no paran de llegar personas que quieren conversar conmigo y no me alcanza el tiempo, lo mismo en Coppelia, que en un campo cualquiera. Ustedes no gozan de esa satisfacción, y lo saben. Su silencio cómplice ante las crecientes necesidades del pueblo y sus actividades de represión y amenazas los están dejando solos. Pero no se preocupen, si un día perfectamente probable, ustedes no son la autoridad y son un cubano más, casi seguro ya esta sociedad habrá cambiado, madurado, progresado mentalmente, y nadie les hará lo que ustedes quieren hacer conmigo. No obstante, si quieren viajar por Cuba yo los invito, mientras anden conmigo no les faltará un plato de comida.

Señores, a no ser que ustedes los fabriquen, yo no tengo enemigos y duermo muy bien.

Por último, sólo quiero proponerles algo: hagan una mesa redonda televisada para toda Cuba y háganme mil preguntas frente al pueblo, yo se las puedo responder todas sin problemas. Y luego inviertan el catalejo, déjenme a mí preguntarle cinco a sus máximos jefes, veremos así quién puede responder y qué responde. Veremos quién está más limpio.

Eliécer Ávila Cicilia.

Denuncia del padre de Eliécer Ávila Cicilia


Yo, Eliécer Ávila Pérez, padre de Eliecer Avila Cicilia deseo hacer público que siendo las 9:30 am del dia 24 del presente mes  se reunió conmigo el Oficial de la Seguridad del Estado, Manuel Sosa Lozada, en el local que ocupa la oficina del administrador del Servi CUPET Puerto Padre. A continuación resumo los aspectos más notables de la conversación:


Comenzó diciéndome que mi hijo Eliécer Ávila, “es un contrarevolucionario y un mercenario”, ya que “se reúne con elementos vinculados a la Fundación Cubano Americana, pagados por el gobierno de EE UU que reciben dinero de esta fundación para emitir criterios opuestos al gobierno de Cuba y la revolución”. El oficial me insinúa que existen todos los elementos sobre lo anterior. Pero que la idea es que yo influya sobre mi hijo, para que de inmediato abandone lo que está haciendo y deje de reunirse con estos elementos, de lo contrario no quedará otra alternativa que proceder contra él. Y una vez que sea incluido en esta lista, ya no tendrá libertad de movimientos como hasta ahora y tampoco podrá vivir en La Habana porque ellos lo impedirán.

Continuó el oficial diciendo que mi hijo convocó a todos los “cabecillas de la contrarrevolución” para denunciar ante el mundo las detenciones que se llevaron a cabo con motivo de la visita del papa. Medida que ellos habían tomado por la seguridad del propio Papa.

Me comunicó además que a mi hijo le habían enviado muchos mensajes de alerta con amigos y familiares y que él no escucha a nadie, pero que saben que a la única persona que él escucha es a mí, de ahí la importancia de que yo “ejerza mi influencia para hacerlo reflexionar”, ya que es muy “inmaduro y el enemigo lo manipula como quiere” y está muy claro que su actitud responde a los intereses del gobierno de EE UU.

Me dijo además que “La Seguridad lejos de reprimirlo trata de protegerlo porque si no ya los ciudadanos lo hubieran golpeado en la calle como lo han hecho con otros”. El oficial reitera que lo están manipulando debido a su gran inmadurez y al dinero que le pagan los miembros de la Fundación Cubano Americana, también me comunicó que ellos le habían “conseguido un trabajo fijo en DESOFT y no lo aceptó porque está muy claro que ya vive del dinero que le paga el gobierno de EE UU a través de la oficina de intereses y de la Fundación”.

Dijo también que si lo anterior no era cierto, como se justificaba entonces que le hicieran tantas recargas al celular, o un tal “Lorenzo” le mandara una laptop a través de “Cecilia”.

Cuando me tocó hablar, le dije que mi hijo no es un comunista, pero sí es un revolucionario, que dice lo que piensa con toda honestidad, de frente y claro, sin espacio a la duda de cuál es su posición.

Tampoco ha llamado nunca a la indisciplina o al desorden. Siempre ha expresado sus criterios con respeto. Por otra parte no es cierto que hable mal de la Revolución, por el contrario, habla muy bien a favor del pueblo y en desacuerdo con los que actúan en beneficio propio a nombre de “la Revolución”.

Afirmé con total conocimiento: que sus declaraciones nunca han estado condicionadas a ningún pago, lo que ocurre es que ahora les conviene desacreditarlo ante el pueblo y por eso le cuelgan el cartelito de “contrarevolucionario y mercenario”, acusación que no aceptaremos nunca.

Después de discutir el asunto con mucha fuerza el oficial me dice que a él no le interesa ni le preocupa lo que mi hijo dice, que eso es su problema, ya tendrá que asumir las consecuencias, lo que si no le van a permitir es que siga con su actitud, que ellos tienen todos los medios y los elementos para actuar en cualquier momento, que hable con él y lo convenza o “se va a meter en un problema muy serio”.

Yo, no me había pronunciado hasta este momento respecto a estos temas pero las amenazas actuales me obligan a hacerlo.

Primero: yo no conozco, ni quiero dudar de la integridad de los oficiales de la Seguridad del Estado, pero después de conversar durante suficiente tiempo con el que me tocó estoy convencido de que en lo fundamental miente. Y en los casos en los que dice algo de verdad lo interpreta y manipula hasta hacer que parezcan delitos cuestiones perfectamente normales, ardides que conozco bien por haber estado dentro del MININT un buen número de años.

Segundo: al hombre que sí conozco bien, porque lo vi nacer y crecer a mi lado, es a mi hijo. Del cual conozco toda su vida y sus actividades al detalle. Y puedo afirmar que hasta hoy lo que ha hecho, defendido o denunciado es el reflejo del sentido de justicia que en buena parte yo mismo le he inculcado y de lo cual toda su familia nos sentimos profundamente orgullosos.

Tercero: como padre no toleraré en lo más mínimo que ninguna marioneta, de las tantas con que cuenta el poder estatal para armar sus teatros, le toque un solo pelo. Si esto sucede buscaré a los responsables hasta debajo de la tierra al costo de mi vida si es necesario.

Cuarto: tanto mi hijo, como yo, respetamos el trabajo de cualquier autoridad cuando éste se ejerce con sentido de la responsabilidad, en función del ciudadano y respetando sus derechos, en estos términos estamos a su completa disposición. Pero el que orqueste un show o pretenda sin identificación alguna, usando fuerza injustificada, violentar nuestra integridad o nuestro domicilio, puede encontrarse perfectamente con el filo del machete y luego no podrá reclamar nada en absoluto.

Quinto: exhorto a esas mismas autoridades, a dedicar sus recursos y esfuerzos a encontrar los responsables de los incontables casos de robo e incluso asesinato que tenemos pendiente en este pequeño pueblo, donde cada vez la gente está mas desprotegida y a merced de los malhechores, mientras el gobierno sigue invirtiendo todo nuestro dinero en perseguir a los jóvenes que como mi hijo ejercen su derecho a participar y a opinar sobre los ya indefendibles males permanentes de este país.

Eliecer Avila Pérez