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martes, 7 de enero de 2014

LA DESTRUCCION DEL SOCIALISMO


En la extrema izquierda española tienen ideas muy desacertadas sobre la realidad de Cuba

Días atrás estuvieron de visita en Cuba los señores José Luis Centella, secretario general del Partido Comunista Español (PCE), y Cayo Lara, coordinador federal del movimiento Izquierda Unida. La ocasión fue aprovechada por los “socialistas del siglo XXI” para realizar una mesa redonda internacional de TeleSur.

En  los enfoques de esos camaradas se echó de menos no ya una discrepancia, sino hasta un simple matiz diferente en lo planteado por uno y otro. La emisora chavista, para informar a sus oyentes sobre la situación actual de España, se dio —pues— el lujo de recurrir a dos representantes de un mismo movimiento extremista y minoritario, obviando cualquier enfoque discrepante que pudiera provenir de sectores más representativos de esa sociedad.

El pasado jueves, uno de los visitantes —Centella— opinó también con respecto a nuestro país en el periódico oficialista Granma. “En torno a Cuba y los derechos humanos” es el título de su artículo de una página publicado allí. En ese trabajo, el líder comunista hispano empieza con un ataque a los “personajes de la llamada disidencia interior” que visitan la Península.

De inmediato, hace un reconocimiento digno de interés: “Cuba ni es el paraíso ni ha resuelto todos sus problemas”. ¡Qué eufemismo! ¡Mira que decir que nuestro país no se han solucionado las dificultades, cuando lo que ha caracterizado este medio siglo largo de castrismo ha sido precisamente su capacidad prodigiosa para crearles problemas de todo tipo a sus desdichados súbditos!

Centella afirma que, conforme a los datos de la ONU, entre los Objetivos de Desarrollo del Milenio alcanzados por Cuba está el de “erradicar la pobreza extrema y el hambre”. Dice esto en un país en el que la generalidad de los salarios, según cifras oficiales, equivale a menos de un dólar diario, límite de la pobreza extrema reconocido internacionalmente.

En definitiva, el autor del artículo recorre los mismos caminos trillados que la propaganda castrista cada vez que habla sobre derechos humanos: Todo se centra en la salud pública y la educación. Asimismo, y aunque resulte sorprendente refiriéndose a Cuba, el escritor extranjero se atreve a mencionar el “derecho a una alimentación adecuada”.

En su largo trabajo, el señor Centella no alude ni una sola vez a los llamados derechos de primera generación. En realidad, esto no constituye nada novedoso. Desde los tiempos de Carlos Marx, el tema de las libertades de los ciudadanos para expresarse, asociarse o desfilar con libertad jamás ha merecido una línea en los extensísimos escritos de los teóricos de la secta. Sí se han pronunciado al respecto los llamados “eurocomunistas”, pero el líder del PCE prefiere no tocar el tema cuando habla de Cuba.

En el párrafo final del artículo, el “pericón” hispano hace un nuevo reconocimiento: “Con todas las limitaciones, con todos los problemas, con todos los errores que se puedan cometer, la clave está en reconocer que en Cuba, la economía y la sociedad están en función del interés general, del interés del ser humano, y no en función del beneficio económico de unos pocos…”.

A esta discutible afirmación sigue el cierre con broche de oro: “Que cada cual le llame como quiera. Algunos le seguimos llamando construcción del socialismo”. Confieso que, con esta frase, Centella me hizo recordar mis lejanos tiempos de estudiante universitario. Todos los catecismos del marxismo leninista (que había que deglutir para terminar la carrera) hablaban de las inmensas posibilidades que el nuevo régimen abre para el desarrollo impetuoso de la sociedad.

Según la teoría, el socialismo (que tenía que ser construido) equivalía a industrialización y desarrollo. Su ley económica fundamental es —se dice— la de “la satisfacción cada vez más completa de las crecientes necesidades de la población”. Por supuesto que Centella, como buen “pericón” viejo, sabe todo eso al dedillo. También supongo que, como político bien informado, esté al tanto de las realidades de Cuba, el país que está visitando ahora mismo.

Se imponen algunas preguntas: ¿Desconoce él la involución experimentada por la Isla en los últimos decenios! ¿Ignora que en la que antaño era “la azucarera del mundo” se ha reducido de modo dramático la producción del dulce! ¿No sabe que lo mismo sucedió en otras ramas de la economía! Entonces, en vez de escribir sobre “construcción del socialismo”, sería mejor que reconociera que, en el contexto de Cuba, ¡en realidad resultaría más acertado hablar de “destrucción del socialismo”!

La Habana, 6 de diciembre de 2013


René Gómez Manzano

Abogado y periodista independiente

lunes, 6 de enero de 2014

Agricultura cubana: Menos frijoles, papa, plátano y leche en el 2013

Por : Wilfredo Cancio Isla

 La cosecha de papa se desplomó un 16 por ciento durante los nueve primeros meses del año.
La producción agrícola cubana sigue en un callejón sin salida, obligando al gobierno de Raúl Castro a invertir cuantiosas sumas en la importación de alimentos tras la debacle en las cosechas de papa, frijol y plátano, y en las entregas de leche durante el año que termina.
El más reciente informe de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONE) refleja una alarmante caída de la producción agrícola no cañera en un 2,6%, y la distribución de 5,1 millones de litros de leche menos. Aunque las cifras reflejan el flujo de la producción agropecuaria entre enero y septiembre del 2013, la tendencia es irreversible cuando se computen los resultados anuales.

La Comisión Agroalimentaria de la Asamblea Nacional del Poder Popular (Parlamento), que sesionó la pasada semana, analizó los bajos índices productivos en cultivos fundamentales para la canasta familiar y la cobertura básica de las necesidades alimentarias de los cubanos.

Según reportó ante el Parlamento el viceministro primero de la Agricultura, Julio García Pérez, sólo para suplir el déficit de frijol y leche que enfrentó el país por los incumplimientos productivos, el Gobierno cubano tuvo que invertir unos $40 millones de dólares adicionales.

Reformas estancadas

“Si no producimos, no podemos avanzar”, sentenció Raúl Castro en una de las sesiones parlamentarias sobre la necesidad de aumentar la capacidad productiva y reducir las importaciones.

Las reformas impulsadas en la agricultura desde el 2008 no parecen estar dando los dividendos que el gobierno esperaba.

Las estadísticas ponen al descubierto la incapacidad de la agricultura cubana para estabilizarse y suplir las importaciones de alimentos, a pesar de los ingentes esfuerzos y medidas gubernamentales para estimular a los productores. Cuba invierte más de $2,000 millones de dólares anuales en la adquisición de productos alimentarios.

La producción general de viandas disminuyó en 158,4 millones de toneladas. Los mayores desbalances se evidenciaron en la cosecha de plátano, con un desplome del 33%, y en la de papa, con una reducción del 16%.

En cuanto al frijol, la merma productiva fue del 6%.

Catástrofe citrícola

Los crecimientos se produjeron en las cosechas de boniato, malanga, yuca y hortalizas. Otros decrecimientos significativos se reportaron en las entregas de ajo, cebolla, melón y col.

En lo que constituyó una verdadera catástrofe por tercer año consecutivo, los cítricos se redujeron a las 66,8 millones de toneladas, un desplome del 27 % con relación a los primeros nueve meses del pasado año.

Respecto a los frutales, el retroceso general fue del 7%, con crecimientos discretos reportados sólo en las producciones de piña y guayaba.

La raquítica producción de frutas ha estado en el foco de la máxima dirección del Gobierno. El pasado octubre, Raúl Castro asistió a un encuentro de cooperativas de frutales en Bejucal, provincia de Mayabeque, para estimular a los cosecheros.

En general, el informe de la ONE registra una mayor eficiencia productiva en casi todos los índices alcanzados por los sectores privados y cooperativos, que los reportados por el sector estatal.

Más carne, pero menos leche

En el caso de la ganadería, se reporta un crecimiento del 9,4%, con mayores entregas de carne de ganado vacuno (86.000 toneladas) y de carne porcina (140.000 toneladas), y una ligera disminución en la producción de carne de aves en 1.000 toneladas, aunque hubo un alza en la producción de huevos hasta las 1,558 millones de unidades (1.2% de crecimiento).

Sin embargo, lo más preocupante para el sector ganadero son las limitaciones persistentes de la producción de leche, que se quedó en 365 millones de litros. El rendimiento promedio diario por vaca es de 3,3 litros, lo que también marcó un leve descenso respecto al 2012.

Los problemas de la producción y distribución lechera siguen siendo una piedra en el zapato de la economía nacional. En un discurso de julio de 2007, Raúl Castro prometió garantizar un vaso de leche en la mesa de todos los cubanos, pero el pronóstico es aún una asignatura pendiente de su mandato.

El Parlamento discutió la necesidad de pagar mejor los precios de la leche a los campesinos y de realizar un proceso de acopio del producto con mayor eficiencia.

Con vistas a estimular la producción agropecuaria, el Gobierno cubano anunció este año una nueva política de comercialización de productos agropecuarios, iniciada en las provincias de La Habana, Artemisa y Mayabeque. La iniciativa busca mantener precios de acopio centralizado para productos como arroz, frijoles, papa, malanga, boniato, cebolla, ajo y tomate.

Los mercados agropecuarios trabajarán en lo adelante bajo dos modalidades: los que son administrados por el Estado, con facultad para operar en igualdad de condiciones al resto de los establecimientos; y los gestionados por cooperativas agropecuarias.