El viernes 10 de febrero se
realizaría un nuevo encuentro en Estado de SATS, un proyecto que desde sus
inicios busca crear un espacio público de discusión y debate sobre la realidad
cubana desde el arte y el pensamiento. En esta ocasión la Poesía y el Jazz
serían los protagonistas. El poeta Hank Lazer (EE.UU) y el músico Andrew Raffo
(EE.UU) junto al poeta cubano Juan Carlos Flores ofrecerían, desde lenguas y
culturas diferentes, percepciones y aproximaciones similares.
Lamentablemente esto no
pudo suceder. El jueves, tarde en la noche, solo unas horas antes del
encuentro, el poeta Hank Lazer cancela su presentación, menciona que le habían
sugerido que restringiera su estancia en el país a las actividades que tenía
programadas como parte de un grupo de profesores de la universidad de Alabama.
El grupo compuesto por 35 profesores vinieron a celebrar los diez años de
intercambio con la universidad de San Gerónimo ubicada en la Habana Vieja.
Anteriormente Lazer había participado en lecturas en otros espacios sin ningún
contratiempo.
El viernes en la tarde,
después de aparecer públicamente la noticia de la cancelación, Mr. Lazer se
comunica con nosotros para asegurarnos que el motivo era sólo una actividad
inesperada en su agenda, una cena que tendría esa noche. Con el músico Andrew
Raffo no tuvimos más contacto.
No se trata de un hecho
aislado, meses atrás publicamos una lista de sugerencias, advertencias,
amenazas y acciones contra participantes, público y amigos relacionados con
nuestro proyecto.
El gobierno cubano trabaja
constante y meticulosamente en una campaña de aislamiento hacia todo proyecto
independiente que manifieste públicamente su discrepancia con las políticas
oficiales, especializándose en ahogar o hacer abortar cualquier vestigio de
independencia y libre pensamiento.
Esta nueva acción pone sin
dudas el dedo no solo en el tema de la censura que se ejerce sobre
intelectuales y artistas, a través de la Seguridad del Estado, sino también en
el ampliamente discutido tema de los intercambios culturales y académicos,
especialmente con los Estados Unidos.
Durante años el gobierno
cubano se ha quejado de las dificultades que enfrentan académicos, artistas y
profesionales para visitar y realizar intercambios con sus similares
norteamericanos. Sin embargo, es precisamente el gobierno cubano el que
restringe y controla quien puede salir y entrar al país, y selecciona
cuidadosamente que persona es políticamente "correcta" para tener un
intercambio público dentro de la isla.
En los últimos tiempos
diversos artistas y académicos cubanos residentes en Cuba, algunos de ellos
plenamente identificados con la política oficial, han realizado giras y
visitado múltiples ciudades norteamericanas con toda la libertad de movimiento.
En contraste, ningún
artista cubano radicado en los Estados Unidos ha podido regresar a la isla a
realizar conciertos, intercambios académicos o conferencias libremente. El
gobierno cubano sigue una política discriminatoria y selectiva para decidir
quién puede o no participar de ese intercambio.
¿Por qué el trovador Silvio Rodríguez, con toda
su carga ideológica, canta en los EUA y en cambio Willy Chirino no puede cantar
en su país de origen? ¿Por qué no pueden venir Albita Rodríguez, Paquito
D' Rivera? Por solo citar unos ejemplos.
¿Por qué un amplio grupo de
académicos radicados en la isla pueden asistir a un evento como el realizado en
el Bildner Center en la Universidad de la Ciudad de New York, el pasado año, y
no pueden venir a la Universidad de La Habana un grupo de académicos
cubanoamericanos?
¿Por qué intelectuales y
escritores cubanos exiliados, con una visión distinta de la oficial, no pueden
entrar a Cuba y ofrecer conferencias en un centro universitario o en un espacio
independiente?
El gobierno cubano ejerce
un férreo control y censura sobre lo que se produce tanto en las artes como en
las ideas, especialmente a la hora de su divulgación. En la era del
conocimiento y el libre flujo de información es inaceptable este tipo de comportamiento.
El intercambio cultural es
esencial pero debe ser plural, inclusivo, de lo contrario seguirá usándose para
continuar proyectando una imagen distorsionada de la realidad cubana y como
herramienta de propaganda falsa de un régimen senil.
A Cuba deben venir todo
tipo de pensadores, de artistas y deben ser garantizadas totalmente sus
libertades de reunión y de expresión. Aceptar las condiciones impuestas por el sistema es
contribuir a perpetuar el totalitarismo en Cuba, los canales
oficiales están perfectamente articulados para que no se rompa un guión
preconcebido. Nuestro proyecto y muchos otros están abiertos a ese diálogo e
intercambio imprescindibles para impulsar el futuro de nuestra nación.
Instauremos un intercambio
cultural auténtico, sin censura ni manipulaciones y del que todos formemos
parte.
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