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domingo, 29 de enero de 2012

En recordación del Día de la Memoria del Holocausto


El pasado 27 de enero, se conmemoró el Día de la Memoria del Holocausto, instituido por la ONU en recuerdo de este mismo día pero del año 1945 en que el ejército de la extinta Unión Soviética liberó el  campo de exterminio nazi de Auschwitz-Birkenau.



Relatos breves y otras cosas más…

           ¿VIVIR OTRA VEZ?
Por: Dr. Antonio Llaca.

Amberes. Bélgica/ Septiembre de 1998. 
Amberes  (Antwerpen en idioma holandés) es una ciudad sencillamente deliciosa, más llena de historia que de gente, es de esos sitios donde la vida moderna con su extraordinaria dinámica conjuga perfectamente con un ambiente cargado de hechos ocurridos en los últimos  diez ó doce  siglos en una armonía digna de la envidia de cualquier otra gran ciudad del mundo; posee el más importante puerto del norte de Europa y la mayor industria de tallado de diamantes del mundo,  pero por sobre todo, es una ciudad llena de arte.

Allá  estuve hace algunos años, mi anfitrión era el Dr.  Issa  un excelente radiólogo belga de origen libanés  que a sus vastos conocimientos en esta rama de las Ciencias Médicas  unía un profundo sentido de la ciudad, de sus calles, plazas, edificios, iglesias, puerto y de la vida y obra de Pedro Pablo Rubens, el famoso pintor flamenco del siglo XVII, todo un símbolo de la urbe; creo que el azar no me hubiera podido deparar mejor guía.

Comenzamos el recorrido por uno de los sitios emblemáticos, la Grote Markt, Plaza del Mercado o Gran Plaza en cuyo centro se yergue la estatua de  Brabo, el soldado romano  que según la leyenda fundó la ciudad, de fondo el edificio del Ayuntamiento, joya arquitectónica del siglo XVI, y de aquí a  la imponente Catedral de Nuestra Señora edificación del siglo XIV que a más de  resistir el paso de los años  continúa siendo una de las más grandes del mundo, el periplo incluyó además la visita obligada a la Estación Central de trenes, el cercano Zoológico y el Real Museo de Bellas Artes que atesora obras de los más relevantes pintores y escultores europeos de los últimos seis siglos y donde mi acompañante quien ya había hecho gala de sus conocimientos acerca de la arquitectura de la ciudad me dejó nuevamente sorprendido con sus explicaciones  de las sin iguales creaciones atesoradas  en el Museo.

Una visita a Amberes resulta incompleta si no pasas al menos unos minutos en el Distrito de los Diamantes y por allí anduvimos,  nunca había visto tantas joyas y  brillantes juntos, cualquier vitrina de las múltiples tiendas dedicadas a este lucrativo negocio contiene una fortuna en oro y alhajas, lamentablemente la escasez de fondos en mis bolsillos no me permitiría acceder a estas preciosas piedras que una  numerosa comunidad judía trabaja y comercializa; el final de nuestro recorrido era  el Puerto, la más importante arteria económica de la ciudad y por qué no, también del país, al que  alguien  llamó “El Puerto de Europa” y  razón no le faltó,  su extensión  abarca más de 50 kilómetros de muelles donde centenares o miles de embarcaciones trasiegan casi cualquier cosa imaginable, y como colofón  una visita al Museo  Marítimo Nacional situado en el imponente Castillo Steen -el edificio más antiguo de la ciudad- que construido hacia el año 1200 ha sido a lo largo de los tiempos fortaleza, prisión durante cinco siglos, residencia de Rubens por diez años y hoy museo que abarca desde los inicios hasta los más recientes adelantos en el arte de la navegación, a la  entrada, una estatua del mítico  gigante Antigoon, el  tirano del río Escalda, nos remonta una vez más a sus orígenes.

Cuenta la leyenda- dice mi anfitrión- que el río, una importante vía para el tráfico marítimo de esta parte de Europa desde tiempos inmemoriales, era vigilado por el gigante Druon Antigoon quien asaltaba los barcos que por aquí transitaban exigiendo a la tripulación un fuerte rescate, a aquellos que se negaban a pagar les cercenaba las manos y las lanzaba al torrente hasta que apareció en su cauce  una nave de guerra romana, a bordo  viajaba el soldado Silvius Brabo quien se negó a pagar el recate y enfrentó en terrible combate al gigante logrando matarlo y cortarle la mano que luego arrojó al río, de ahí proviene el nombre de la ciudad,  en neerlandés  Ant significa mano y werpen lanzar o  arrojar,  pero esto nos es más que una leyenda, quizás sea la versión belga del relato bíblico de  lucha entre David y Goliat  y quedó  formando parte del acervo cultural de Flandes  aunque el hecho histórico bien documentado es que Amberes  se fundó alrededor del año 640 (siglo VII) por unos monjes benedictinos,  los romanos, por supuesto,  fueron muy anteriores a esta fecha…

-Pues por mi parte –añadí- creo que lo más importante es la enseñanza que nos da la leyenda: el gigante que tantas manos cortó terminó sus días de igual manera, con la mano cercenada,  ¿justicia humana o divina?, ¿quién lo podría saber?, el mensaje es: puede ocurrirte exactamente  lo mismo que has hecho a los demás…

-Y así es en efecto aunque en oportunidades la justicia no llega, al menos de la forma visible  como la esperamos  nosotros los humanos, del lado de lo divino  nadie puede decir  qué ocurre aunque lo suponemos de una u otra forma según sea nuestra fe,  vea Ud., en estos momentos en  Europa recordamos los inicios de la Segunda Guerra Mundial, ¿cuántos murieron en la contienda?, ¿cuarenta, cincuenta millones?, ¿hubo justicia para todos?, lo más probable es que no, al menos de la que suelen impartir en nuestros tribunales, y a muchísima gente solo les quedó esperar por la otra justicia, la divina, pero volviendo a la leyenda, también  nos dice de la profunda relación que ha tenido esta ciudad con todo el mundo desde tiempos  remotos y en cuanto a esto no ha habido excepciones, incluso con ustedes los cubanos; si mi memoria no falla, hubo un  incidente entre un barco alemán lleno de emigrantes judíos en La Habana que terminó en  Amberes  precisamente a comienzos de la Guerra, muchos de estos emigrantes terminaron en campos de concentración nazis, quizás conozca Ud. algo de esto…

Múnich. Alemania. / 9 de  Noviembre de 1938. 
La noche del 9 al 10 de noviembre  o Noche de los Cristales Rotos (Kristallnacht) será de triste recordación para los judíos por siempre. El atentado y  muerte de un diplomático alemán en París fue el pretexto utilizado por la más alta jerarquía nazi para desencadenar el terror contra la comunidad judía asentada en Alemania y Austria; grupos del Partido Nacional Socialista (Nazi)  apoyados por la Juventud Hitleriana y las SA –tropas de asalto del Partido- asesinaron noventa y un  judíos e hirieron a centenares, 25,000 fueron arrestados y conducidos a campos de concentración,  300 sinagogas resultaron quemadas y miles de negocios destruidos, se iniciaba con este pogromo (a)  un salvaje plan de exterminio  que  llevaría a la muerte a unos 6 millones de miembros de esa colectividad, el terror se apoderó de este grupo humano, ser judío se había convertido en un delito y la única esperanza de sobrevivir era la huida a cualquier sitio lejos del nazismo pero  la persecución, los abusos y el genocidio contra los hebreos se extendería hasta el otro lado del Atlántico, había que purificar Reich y el planeta de la contaminación semita.

Hamburgo. Alemania. / Mayo de 1939.
El 13 de mayo parte hacia La Habana desde el puerto de Hamburgo el buque de pasajeros Saint Louis propiedad de la compañía naviera Hamburg Amerika Linie (Hapag), a bordo lleva 943 pasajeros, de ellos, 936 refugiados judíos que en su mayoría han obtenido “certificados de desembarque” emitidos por el Director General de Inmigración de Cuba Manuel Benítez González -también conocido como “El Bonito”-  mediante compra a  funcionarios diplomáticos venales del consulado cubano en Berlín.  Benítez, hombre sin ningún tipo de escrúpulos, había amasado una “bonita” fortuna con el negocio de venta de certificados a un precio de 150 dólares cada uno, secreto a voces que también había puesto al descubierto la formidable red de corrupción imperante en Inmigración. El Presidente cubano Federico Laredo Brú declaró inválidos los “certificados” días antes de la partida del Saint Louis creando una difícil situación para los refugiados; el nuevo contexto  era conocido por la policía alemana, los funcionarios de la  naviera y quizás hasta por los propios interesados quienes sin embargo desconocían que eran objeto de una hábil manipulación por parte del Ministerio de Propaganda nazi de Joseph Goebbels: empujar a los judíos a una salida masiva de Alemania pero también impedir su entrada en terceros países.

La Habana. Cuba/ Años 1930.
La década de los treinta fue   época de profundas convulsiones políticas  para la sociedad cubana, sucesivamente había conocido la feroz dictadura de Gerardo Machado, la Revolución de 1933, la aparición del ex sargento taquígrafo  Fulgencio Batista como hombre fuerte de la política en la Nación y los reiterados intentos del pueblo cubano por restaurar el sistema democrático perdido de larga data,  la economía  había transitado de la terrible crisis mundial a inicios de esos años a una lenta recuperación acelerada hacia finales de la década por los sucesos en marcha en Europa pero La Habana, no obstante los vaivenes y sacudidas a que se vio sometida,  seguía siendo una ciudad fascinante y maravillosa.

Aun de estreno exhibía un imponente Capitolio mucho más sólido por su estructura de acero, concreto y las riquezas que reunía que por la fuerza de las leyes que de allí emanaban, un hermoso y firme Malecón defendía la ciudad de las en ocasiones ásperas aguas del Atlántico, entre ambos, el magnífico Paseo del Prado,  avenida que albergaba buena parte de los más elegantes sitios de la ciudad y en cuyos alrededores se desenvolvía una febril actividad cultural;  para 1939 por ahí deambulaban un tal Carpentier, escritor  cubano recién llegado de Francia ahora productor de radio, otro tal Hemingway, norteamericano, que entre mojito y mojito rememoraba sus vivencias de la Guerra Civil Española -quizás ya meditaba acerca de la eterna lucha de los viejos pescadores  del vecino pueblo de Regla con el mar-  y el Sr. Puerta, reportero del Havana Post que correteaba por estos lados siempre a la caza de alguna noticia que pudiera interesar a la comunidad angloparlante de una ciudad que nuevamente había alcanzado sus características cosmopolitas de épocas pasadas.

La Habana. Cuba. / Julio de 1978.
Para ese entonces me encontraba ya de médico recién graduado, uno de mis primeros pacientes fue el Sr. Puerta, el viejo reportero a quien los años y el enfisema habían condenado a no alejarse mucho de su habitación, allá iba a visitarlo y actualizar la medicación que debía tomar, buen conversador, le gustaba referir sus más relevantes triunfos de toda una vida dedicada al periodismo y  a pesar de ser en ocasiones repetitivo no resultaba cansón; era un gran conocedor de la vida republicana desde los años del machadato hasta el momento en que el periódico para el que trabajaba fue cerrado  a raíz de los cambios implantados por la revolución de 1959, había conocido muchísima gente: políticos, deportistas, artistas, diplomáticos y hasta presidentes, también tuvo la oportunidad de sondear algunos de los más relevantes sucesos acaecidos en la capital  en aquellos  años 30…

-En ese tiempo en Cuba hubo de todo –me dijo- hasta fanatismo y antisemitismo, un fenómeno  extraño para nuestro pueblo porque siempre habíamos sido muy receptivos con los inmigrantes, aquí venían a convivir con nosotros españoles, jamaiquinos, haitianos, chinos, norteamericanos  y grupos minoritarios de otros países, todos eran bien recibidos, sin embargo, los nazis y falangistas cubanos y españoles se encargaron de realizar una gigantesca campaña en contra de los judíos…
-Pero ¿hubo nazis en Cuba?, me refiero, de manera notable u organizada, no como individualidades -inquirí -.

-Sí los hubo, como también había comunistas, liberales, revolucionarios, demócratas, anarquistas y muchas tendencias más,  y también una política de coqueteo, de “dejar hacer” y a veces hasta de franca simpatía con el fascismo, los falangistas y los nazis, esto no era nada raro en la América Latina de entonces, para nadie era un secreto que Perón admiraba a Mussolini y el panameño Arnulfo Arias sentía profundas inclinaciones hacia las potencias del Eje lo que le costó el puesto, pero la situación cubana era mucho más compleja, aquí se vivió con gran intensidad la Guerra Civil Española, había cientos de miles de gallegos (b) asentados en esta tierra y aunque la mayoría simpatizaba con los republicanos los falangistas eran mucho más poderosos, este hecho y la proximidad  con España hicieron que  Franco (c) convirtiera a La Habana en  base de la Falange Exterior y los falangistas influían grandemente en la opinión pública debido al control que tenían sobre los más importantes medios de prensa, Pepín Rivero (d), propietario del Diario de la Marina -el más importante periódico de ese entonces- era un genio del periodismo, hay que reconocerlo, pero era también un ultraconservador, furibundo admirador de la causa franquista  y sistemáticamente lanzaba campañas antisemitas  haciendo el juego del Partido Nazi Cubano  que funcionaba en la calle 10 del Vedado y como los cubanos o no llegan o se pasan, los nazistas caribeños no solo estaban en guerra con los judíos sino que también pretendían expulsar de aquí a los haitianos y  jamaiquinos; del mismo modo los fascistas italianos estaban muy activos vía el Partido Fascista Nacional que contaba hasta con una sección de Damas Fascistas mientras los comunistas, que seguían al pie de la letra las directivas de Moscú, si bien constituyeron un sólido apoyo para los republicanos españoles  más tarde se vieron metidos en un cuello de botella  cuando Hitler y Stalin firmaron su tratado de no agresión para luego volver a la carga contra Alemania cuando entró en guerra con los soviets, estos eran los ecos en esta pequeña isla de los dramáticos sucesos que se desarrollaban en Europa y se entrelazaban con la política nacional plagada de contradicciones: Batista, mediante una desvergonzada maniobra había defenestrado al Presidente Miguel Mariano Gómez y colocado a Laredo Brú en Palacio aunque el poder real permanecía en sus manos, siempre siguiendo las directrices de los norteamericanos y trabajando para ellos, la Falange cubano-española hacía lo mismo para Franco en estrecha alianza  con los nazis y fascistas que le hacían la corte a Hitler y Mussolini  mientras los comunistas seguían en su labor a favor de Stalin aunque extrañamente aliados a Batista al que apoyaban en casi todas sus sinvergüencerías a pesar del mariposeo autorizado o al menos muy bien tolerado por Batista con los nazis, en fin, toda una combinación de intereses, circunstancias, presiones y movidas muy difíciles de interpretar y más aún de digerir.

-Y entre la oposición a Batista que de seguro la había,  ¿qué pasaba?

-La cabeza más notable de la oposición era el Dr. Ramón Grau San Martín, un hombre respetable en esos momentos que no solo era opositor  de Batista sino que mantenía con este una enconada animadversión; Grau también se vio envuelto en esta vorágine y tomó partido… por los fascistas; días antes de que llegara a La Habana un buque repleto de refugiados polacos (e) convocó a una manifestación en contra de estos  que logró reunir cuarenta mil participantes y para un país que rondaba apenas los cuatro millones de habitantes esa era una cifra impresionante; la propaganda nazi acusaba constantemente a los judíos de ser ladrones, criminales o comunistas y de la inconveniencia para Cuba de admitirlos, los agentes alemanes en La Habana sin dudas hicieron  un notable trabajo  logrando influir decisivamente en amplias capas de la población.

-Pero alguien  tuvo que oponerse a semejante barbaridad…

-Efectivamente, hubo también mucha gente que se oponía a estas cosas, y creo, sin temor a equivocarme, que la voz que más resonó fue la de Don Fernando Ortiz, el gran sabio cubano.

La Habana. Cuba. / Mayo de 1939.
El día 27 a las 3:00 am  arriba al puerto de La Habana el buque Saint Louis con su preciosa carga de refugiados; familiares, amigos, miembros de la exigua comunidad judía en la Isla y  pueblo habanero observaron la llegada de la embarcación desde el sólido muro del Malecón y la Alameda de Paula, los pasajeros a su vez pudieron evaluar las centenarias fortificaciones que desde hacía siglos defendían la capital, las modernas construcciones que bordeaban el mar y la febril actividad del más importante puerto de la Isla  que como casi todos los puertos importantes del mundo nunca dormía, sin dudas creyeron llegado el fin de la terrible pesadilla que los había perseguido desde incluso antes de la Noche de los Cristales Rotos; un sinfín de periodistas también se reunieron para reportar el arribo del buque que prometía ser la noticia del día, entre ellos el Sr. Puerta del Havana Post, una hora más tarde los pasajeros recibían la dura noticia que ya muchos representantes de la prensa conocían: no se les permitiría desembarcar, el buque quedaba  fondeado en la rada sin tampoco permitírsele acercarse al muelle de la Hapag-Hamburg.

La Habana. Cuba. / Julio de 1978.
-Y así comenzamos a vivir en Cuba algo que  nos resultaba muy ajeno, el episodio tropical de la  persecución a los judíos y, por supuesto, debido a manipulaciones e intereses que nada tenían que ver con nuestra manera de ser, franca y abierta con todos, ni con nuestra Historia ni nuestra cultura, que nunca había conocido de odios irracionales. El periódico para el que trabajaba seguía atentamente los eventos relacionados con el buque y el destino  de sus ocupantes para quienes percibía lo peor como en efecto fue. Las esperanzas que estos emigrantes cifraron en La Habana se fueron desvaneciendo con el transcurso de los días, Laredo persistía en su posición de no permitirles la entrada al país y con esta posición cayó de bruces en la trampa preparada por los nazis, Batista, el único hombre con poder suficiente para cambiar esta situación se distanció discretamente dejando lo que resultaba un desagradable y difícil  asunto en manos de su Presidente  pero detrás de todo esto también se encontraban el Departamento de Estado norteamericano con su Secretario Cordell Hull  y el Presidente Roosevelt quienes tampoco querían ese barco lleno de refugiados en su territorio…

-¿Y entonces cómo terminó toda esta historia Sr. Puerta?

-Solo fueron admitidos alrededor de una treintena que tenían sus papeles en regla, los judíos, que  tenían redes y organizaciones  de ayuda a nivel mundial hicieron todo tipo de gestiones para lograr la admisión de sus conciudadanos, las radicadas en los Estados Unidos enviaron agentes a Cuba que  trataron de negociar la estancia de los refugiados con el Presidente  pero este les pedía como garantía o quizás hasta para lucro personal  una cifra que les pareció exorbitante, los negociadores judíos chocaron contra un infranqueable muro compuesto por Hitler, Roosevelt, Batista y Laredo. La odisea del buque y sus pasajeros en La Habana duró hasta el día 2 de junio en que fueron definitivamente conminados a abandonar aguas cubanas, las gestiones aquí se habían agotado y no había más nada que hacer; yo prescencié la partida y retorcía el alma ver los rostros de los  pasajeros y  de  familiares y amigos en el Malecón o en las pequeñas embarcaciones que trataron de acercarse al crucero, a fuer de ser sincero se estaba cometiendo una injusticia formidable ya que el interés de los polacos no era siquiera radicarse aquí sino simplemente esperar por visas que les permitieran marcharse a Estados Unidos y todos sabían que de ser regresados a Alemania les esperaría una muerte segura. El Saint Louis fue escoltado por lanchas de la Policía durante su salida del Puerto  y  puso proa  hacia La Florida, en las aguas cercanas a Miami también esperaron inútilmente una autorización de última hora por parte del gobierno norteamericano que les permitiese desembarcar pero esta espera también resultó infructuosa y el buque tuvo que poner nuevamente rumbo a Europa. El plan nazi había funcionado de maravillas haciéndole creer al mundo que nadie quería a los judíos,  Hitler y los nazis se habían anotado una formidable victoria propagandística, lo peor de todo fue que les salió bien.

-¿Y cuál fue el destino final de los pasajeros del Saint Louis?

-El buque fue autorizado a atracar en Amberes, durante la travesía los judíos hicieron nuevamente gestiones para evitar que los pasajeros fuesen retornados a Alemania y lograron que Inglaterra aceptase 288, Bélgica  214, Holanda 181 y Francia 224,  muchos fueron capturados por las tropas alemanas a medida que iban invadiendo Europa y enviados a campos de concentración donde aproximadamente la mitad  encontraron la muerte, inclusive los niños…, Laredo, Batista, Benítez y otros tantos en Cuba tuvieron una gran parte de responsabilidad en este desenlace…, si les hubiesen otorgado una decisión favorable a estos refugiados se hubieran evitado muchos sufrimientos y muchas muertes,  hubieran podido rehacer sus vidas, vivir otra vez…

Amberes. Bélgica. Septiembre de 1998.
El Dr. Issa había dejado la interrogante en el aire y  quedé unos minutos ensimismado rememorando las conversaciones de años atrás con el viejo Puerta, sin dudas le llamó la atención mi prolongado silencio por lo que  insistió en su pregunta.

-En fin, ¿conoció algo Ud., acerca del incidente del buque alemán...?

-Pues sí  Dr. Issa,  algo escuché decir sobre el tema…

-Ya ve, este mundo es mucho más pequeño de lo que pensamos, al final resulta que todos nos relacionamos con todos a veces  de la manera más insospechada, pero bien, creo que ya terminamos con Amberes, al menos por hoy, y que su tiempo se va haciendo corto…
-Así es, tengo que marchar cuanto antes a Bruselas,  mi vuelo de regreso a Caracas no espera…
-Adelante entonces, espero que el auto no nos haga quedar mal, de todas maneras nos tomaremos unos minutos al pasar por Mechelen, una pequeña ciudad que nos queda a mitad de camino, allí  radicó un campo de concentración nazi, le resultará interesante verlo…

Bruselas. Bélgica. 8 de Enero de 1944.
Eva Dublon, con solo diez años de edad, es arrestada por la Gestapo (f)  junto a su madre y una hermana, cinco años antes habían desembarcado en Amberes  procedentes de La Habana, fueron de los pasajeros rechazados por el Gobierno cubano y eran las últimas sobrevivientes de la familia, el resto ya habían sido asesinados por los nazis.

El día 15 de ese mes es enviada al campo de concentración de Mechelen   utilizado habitualmente como campo de tránsito, dos días más tarde es trasladada junto a otros sesenta niños al campo de Auschwitz-Birkenau en Polonia, el mayor campo de exterminio creado por los nazis,  arribó el día 17 en el Convoy No. 23,  fue vista por última vez mientras era conducida a las cámaras de gas.

Bruselas. Bélgica. Septiembre de 1998.
Los aviones nunca esperan pero siempre nos hacen esperar, aproveché el  retraso para organizar mis notas, rememorar mis recorridos por este hermoso país y reflexionar acerca del terrible destino de millones de seres humanos durante aquellos aciagos años de la Guerra Mundial; resultaba muy difícil encontrar una explicación para tanto sufrimiento, tanto horror y tanta muerte, para que no hubiese llegado un Silvius Brabo a cortar las manos que empuñaban las armas, para que tanta gente no hubiera podido  ¡vivir otra vez!.




La familia Dublon durante su travesía a La Habana a bordo del buque St. Louis, en el recuadro Eva Dublon, a la sazón con cinco años de edad. Foto cortesía de Archivo Fotográfico del United States Holocaust Memorial Museum



Notas de páginas:
(a)   Pogrom o pogromo: palabra de origen ruso, linchamiento y/o eliminación de un grupo étnico, religioso u otro, acompañado de la destrucción  de sus bienes. Ha sido particularmente empleada para calificar las persecuciones contra los judíos.
(b)  En Cuba es común denominar genéricamente a  los españoles como “gallegos”.
(c)   Francisco Franco, dictador, proclamado  Jefe del Estado de España desde 1939  hasta su muerte en 1975.
(d)  José Ignacio “Pepín” Rivero. Relevante periodista cubano, también dueño de medios de comunicación.
(e)    En el habla común del cubano se utilizaban  frecuentemente  como sinónimos los términos “judío” y “polaco”.
(f)   Gestapo (Geheime Staat Polizei): policía secreta de la Alemania nazi.


Notas del Autor:
1.- Mi agradecimiento al Dr.  Issa por hacerme partícipe de sus vastos conocimientos acerca de la arquitectura, arte e historia de Amberes y Bélgica, al Sr. Vicente Luis Puerta†, viejo reportero del Havana Post por sus apasionantes anécdotas acerca de Cuba, La Habana y su historia y a los directivos y personal del Archivo Fotográfico del Museo Memorial del Holocausto, Washington D.C.  Estados Unidos.
2.- Bibliografía y otros medios de información recomendados a los interesados en los temas:
     a) Refugiados del buque Saint Louis:
            i)-Los excelentes trabajos de la Prof. Margalit Bejarano docente e investigadora de la Universidad Hebrea de Jerusalén, gran conocedora  de la trayectoria de la comunidad judía en Cuba, en especial: “La historia del buque Saint Louis: La perspectiva cubana”.
           ii) “Refuge denied: the St. Louis Passengers and the Holocaust” de Sarah A. Ogilvie y Scott Miller. United States Holocaust Memorial Museum. The University of Wisconsin Press. 2006. Una extensa y muy bien documentada investigación que alcanza hasta el destino final de los refugiados.
           iii) Los sucesos relacionados con el buque en su viaje a  Cuba  fueron llevados al cine, el  filme titulado “El viaje de los Malditos” puede ser visto en Cinecuba blogspot con el siguiente link:
           iiii) Archivo fotográfico del United States Holocaust Memorial Museum
    b) Cuba, política, sociedad y economía  años 1930:
           i) “Nueva Historia de la República de Cuba” del Prof. Herminio Portell-Vilá. La Moderna Poesía. Miami. USA. 1996, un estudio clásico de la Historia de Cuba  desde el periodo colonial hasta el año 1961 con énfasis en la etapa Republicana.
          ii) Un testimonio gráfico de La Habana de los años 1930 titulado “Havana, Cuba 1930s”  puede ser visto a través del portal You Tube con el siguiente link:
          http://www.youtube.com/watch?v=fEMYLkpYxX8&feature=related
© Dr. Antonio LLaca. /El Tigre. Edo. Anzoátegui.Venezuela.Sept./2009.
Prohibida la reproducción total o parcial por cualquier medio salvo autorización  del autor.

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